José Tejera
Intérpretes
Sinopsis
París 1930. El joven Conde de Capra Negra mantiene una situación económica que hace agua por todos lados. Su alta alcurnia de familia, rica antaño, ahora venida a menos, le ha llevado a sostener un alto status en su viejo piso de París, donde sólo un fiel criado y casi cómplice de sus sablazos y estafas, se mantiene a su lado. Antoine, que así se llama el siervo, siente verdadera admiración por el nivel de control e inventiva y sobre todo caradura que caracteriza al Sr. Conde permitiéndole salir airoso de cualquier situación por comprometida que ésta sea. Después de tantos avatares, Antoine ya ha desarrollado la capacidad de unirse a la comedia que el Sr. Conde decida improvisar en cada momento. Antoine solo tiene un problema: Sufre de horrorosas pesadillas provocadas por la dieta famélica a que se ve sometido en la casa del conde. Lejos de allí, en una vieja mansión al Norte de Turquía, el Barón de Somolskaia, el tío del Conde de Capra Negra, yace en su lecho de muerte. El secretario Baruk escribe su última voluntad en la que conmina a su heredero a romper la ya legendaria maldición que desde hace años pesa sobre su familia, la maldición de Drácula: El Barón, al intentar revelarse contra su destino, es víctima de una violenta agonía al morir de un ataque de risa, porque si hay algo que la maldición no soporta, es que alguien se ría de ella. De nuevo en París el Sr. Conde, de carácter optimista, confía en mejores tiempos que llegarán de la mano de la Srta. Elisabeth, la fea y plebeya, pero adinerada hija de la dueña de una cadena de panaderías, alta repostería, como la califica el Conde cuando intenta justificar ante su criado y confidente sus propósitos de pedirla en matrimonio. Pero tal sacrificio se hace innecesario cuando un oportuno telegrama llega anunciando la muerte del Barón de Somolskaia. El Conde reacciona eufórico de alegria. Cancela sus planes con la Srta. Elisabeth y prepara su inmediata partida en busca de la enorme herencia que le espera. En el tren, el famoso Oriente Express, el Conde y Antoine