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Sinopsis
Enrique (Eduard Fernandez) es un psiquiatra de prestigio que confía más en la terapia que en dar medicamentos a sus pacientes. Una infidelidad de su mujer lo descoloca; se separa y acto seguido acepta ir a hacer una investigación a Estados Unidos sobre la patología de las pasiones amorosas, comunmente conocidas como amores locos. Su hija adolescente le recrimina esa especie de huída. Vuelve llamado por Alfonso (Carlos Hipólito), un amigo y colega para dar un seminario a médicos españoles sobre las investigaciones que está haciendo. Se aloja en la casa de su hermana Susana (Marta Belaustegui). Sabe que se tendrá que enfrentar a su hija y a su ex mujer. Lo que no imagina es que se topará con la más singular de las pacientes que ha tenido. De visita en el Museo del Prado se encuentra en una sala dedicada a la pintura flamenca con Julia (Irene Visedo), una de las vigilantes, que está convencida de que ambos son los personajes de una pintura del siglo XVII situada en Brujas, y que se han amado con locura hace cuatro siglos. Toda su vida se concentra en el cuadro de la sala que cuida. Es una típica pintura del siglo XVII que muestra una clase de virginal (especie de piano de la época). Las visiones que tiene de lo que sucede durante las clases de música la reafirman en su convicción de estar protagonizando una misteriosa y eterna pasión. El psiquiatra ve en ella a una joven enferma, y decide convertirla en su paciente. La lucha entre ambos comienza con él tratando de curarla, y ella intentándolo convencer de que ambos están destinados a permanecer juntos, de una manera misteriosa e inexplicable, por los siglos de los siglos. Enrique visitará la casa de Julia descubriendo que ella vive con su abuela Ana (Marisa Paredes) y que el cuarto de la chica parece pertenecer a otra época. Ana es una mujer que carga sobre sus hombros con una tragedia familiar. Su refugio es jugar por internet y unos poemas amorosos que un festejante anónimo le envía al móvil. Sabe que su nieta es una joven rara; su manera de no entrar en conflicto con ella es preguntar lo menos posible. También Alfonso, neurocirujano muy preciso y eficiente en su trabajo, está enamorado de una prostituta húngara, Eszter (Eva Pallarés), una mujer que se ha adaptado a las épocas de crisis con imaginación. Siempre está atenta a los deseos más ocultos de sus clientes para poder sacarles más dinero. Alfonso está tan enamorado que se sumerge en las costumbres y literatura de Hungría. Su sueño es convencerla de que se retire de ese oficio y sea su esposa. Por su parte Susana es una cantante de zarzuela que sigue viviendo en la casa que fuera de sus padres. Tiene un poderoso imán para establecer relaciones con hombres equivocados, pero su tenacidad la lleva a ahondar en esas relaciones en vez de abandonarlas. Enrique visita a su ex esposa, Irene (Cuca Escribano), una brillante abogada y exigente madre. La infidelidad que comete, las condiciones que la rodean, es tan bestial que no parece casual. Si ha querido reavivar su matrimonio, el camino parece tan insólito como incierto. Enrique utiliza el caso de Julia como modelo en una de sus conferencias sobre los amores locos, cosa que Julia descubre. La lucha entre la razón y la ciencia de Enrique y lo irracional y fantástico de Julia les llevará a la mágica ciudad de Brujas, donde uno de los dos, conseguirá su propósito.