Jerry Goldsmith.
Temas musicales: «Sinfonía no. 2 (Romantica)», de Howard Hanson; y «Eine kleine Nachtmusik», de Wolfgang Amadeus Mozart.
Intérpretes
Premios
Premios Oscar a los Mejores Efectos Visuales. Nominada al Oscar a la Mejor Dirección Artística.
Premios BAFTA de la Academia de Cine Británico: BAFTA al Mejor Diseño de Producción y al Mejor Sonido. Nominada al Bafta a la Mejor Música, a la Mejor Actriz Revelación (Sigourney Weaver), al Mejor Actor Secundario (John Hurt), al Mejor Montaje y al Mejor Diseño de Vestuario.
Globos de Oro: Nominada al Globo de Oro a la Mejor Música Original.
Festival Internacional de Cine de San Sebastián: Concha de Plata a la Mejor Fotografía y Efectos Especiales.
Sinopsis
El Nostromo, astronave comercial que arrastra una refinería con más de 20 millones de toneladas de mineral en bruto, regresa a la tierra con una tripulación compuesta por siete miembros y una mascota, cinco hombres, Dallas (Tom Skerritt), Kane (John Hurt), Ash (Ian Holm), Parker (Yaphet Kotto) y Brett (Harry Dean Stanton), dos mujeres, Ripley (Sigourney Weaver) y Lambert (Veronica Cartwright), y un gato llamado Jones, que tienen sus actividades vitales suspendidas durante el largo camino de regreso. Comandada por un mega ordenador que responde al nombre de Madre, la nave se desvía de su trayectoria y despierta a la tripulación. Ha interceptado un rayo acústico cuya señal es lanzada al espacio cada 12 segundos y, ante la posibilidad de que se trate de una llamada de socorro, el Nostromo se dirige al inexplorado planeta Acheron para averiguar quién o qué emite aquella señal. La nave se desprende de la plataforma y aterriza en el planeta sufriendo algún desperfecto provocado por las duras condiciones climatológicas. Mientras Parker y Brett, el equipo de mantenimiento, procede a reparar las averías, Dallas, capitán de la misión, Kane y Lambert salen de la nave para investigar el misterioso centro emisor, que se encuentra a unos dos kilómetros de donde se han posado. En el Nostromo, la tercer oficial Ripley, introduce la información de la señal recibida en Madre, para que la procese y trate de averiguar su significado, ya que al parecer, las gestiones del oficial científico Ash en ese sentido han resultado improductivas. El equipo de expedición llega a una extraña estructura que se asemeja a una nave espacial accidentada, dentro de la que encuentran restos fosilizados de un ser gigantesco. Una oquedad en el pecho y los huesos curvados hacia fuera les hace suponer que murió a causa de una explosión interna. A los pies de este jinete espacial existe una oquedad por la que desciende Kane hasta llegar a una inmensa cueva con el suelo cubierto de enormes huevos. Al acercarse a uno de ellos, éste se abre y lanza al rostro de Kane el ser vivo que se encontraba en su interior. Cuando Madre descubre que la señal no es un S.O.S. sino un aviso de peligro, ya es demasiado tarde. Siguiendo las normas de seguridad, Ripley se niega a dejar entrar a Kane con aquel ser adherido a su rostro, puesto que podría contaminar la nave; sin embargo Ash, infringiendo el reglamento, abre las puertas a los expedicionarios. Al separar el casco de la cabeza de Kane pueden observar por vez primera la extraña criatura, asida al cuero cabelludo con ocho largos dedos y una cola enrollada a su cuello que lo aprieta cuando intentan separarla. El parásito ha introducido un apéndice por la boca de Kane hasta su estómago que, según Ash, le facilita oxígeno mientras éste permanece inconsciente. Con la ayuda del láser quirúrgico, efectúan un corte en uno de los dedos de la criatura y con asombro ven que el líquido que lo alimenta es un poderoso ácido corrosivo. Cuando están decididos a hibernar a Kane y a la criatura que tiene adherida, comprueban que ha muerto dejándole libre y hambriento. Ash desea conservar los restos de la criatura para realizar diversos experimentos, avivando el recelo de Ripley, quién en ningún momento ha confiado en él. Antes de regresar a sus cubículos de hipersueño, la tripulación organiza una última cena. A los primeros bocados Kane sufre varias convulsiones y, rompiendo los huesos y tejidos de su pecho, sale un pequeño monstruo de acerada dentadura que escapa del comedor a gran velocidad. Se inicia la cacería de la criatura por el interior del Nostromo con la ayuda de un aparato que capta las vibraciones en el aire provocadas por cualquier movimiento. Siguiendo el detector, Parker, Brett y Ripley localizan al gato, que escapa asustado. Para evitar una nueva interferencia de Jones, Brett sale en su busca pero lo que encuentra es la piel del extraño ser surgido del pecho de Kane, que ha sufrido una nueva mutación. El gigantesco monstruo en que se ha metamorfoseado, destroza el cráneo de Brett y huye con su cuerpo por el conducto del aire. Con intención de acorralar al monstruo y arrojarlo por la compuerta principal de aireación, Dallas entra en la conducción del aire. En lugar de una trampa para el alienígena, el lugar se convierte en un callejón sin salida para Dalles. Sus compañeros solos encuentran su lanzallamas. Con tres miembros menos de la tripulación, Ripley acude al centro operativo de Madre para consultar como se puede aniquilar al monstruo. Madre se niega a responder, pero en virtud de una orden superior, acaba facilitando la información deseada: la prioridad absoluta de la astronave es viajar hasta Acheron y conseguir organismos vivos, aunque para ello perezca toda la tripulación. Ash, testigo silencioso del descubrimiento de Ripley, la ataca y cuando está a punto de asfixiarla, Parker le propina un golpe en la cabeza que se la hace saltar. Asombrados descubren que se trata de un androide al servicio de la compañía quien durante todo el tiempo ha estado ayudando al monstruo. Ripley decide hacer explotar el Nostromo con el alienígena dentro. Parker y Lambert recogen las bombonas de oxígeno de repuesto, mientras ella prepara la nave auxiliar, el Narcissus. Tres explosiones sucesivas acaban con el Nostromo, la refinería y el monstruo; al menos eso es lo que cree Ripley, ya que el sanguinario depredador se ha introduci.do en el Narcissus. En un último intento de deshacerse de él, Ripley se pone un traje espacial y se ciñe los cinturones de seguridad al mismo tiempo que abre la compuerta. La decomprensión expele al alienígena al exterior, y Ripley, única superviviente de la tripulación del Nostromo, dicta su reporte de los sucesos antes de introducirse en su cubículo donde permanecerá en hipersueño durante los meses que faltan antes de llegar a la Tierra.
