Titulo original: Kûki ningyô
Año: 2009
País: Japón
Duración: 125 min.
Dirección: Hirokazu Kore-eda
Guión: Hirokazu Kore-eda, basado en un manga de Yoshiie Goda
Música:
World`s End Girlfriend
Intérpretes
Du Na Bae, Arata, Itsuji Itao, Jo Odagiri, Sumiko Fuji, Tasuku Emoto, Mari Hoshino, Ryô Iwamatsu, Tomomi Maruyama, Miu Naraki, Masaya Takahashi, Susumu Terajima y Kimiko Yo.
Sinopsis
Ideo (Itsuji Itao). un japonés de mediana edad vive su rutina diaria. Lo curioso es que de quién se despide cada mañana al salir a trabajar como camarero en un restaurante de comida occidental, y a quién saluda cada noche a su regreso, no se su esposa sino una muñeca hinchable de tamaño natural que le hace compañía y con la que hace el amor y comparte su vida. Sin embargo un día, de manera misteriosa, esta muñeca cobrará vida, mostrando su alma y corazón. La muñeca, llamada Nozomi (Du Na Bae), descubrirá el movimiento, con la posibilidad de salir a la calle para sorprenderse con el mundo de nuevas emociones y sensaciones que le aguarda en el exterior. Conocerá a otras personas, entre ellas a Jinichi (Arata), un joven que trabaja como dependiente en un videoclub, del que se enamora. Pero a diferencia de su anterior vida como muñeca, Nozomi vivirá un amor puro e inocente. Decide trabajar en la tienda, y la pareja se une más con cada día que pasa. Van al cine, recorren la ciudad juntos, como dos novios. Todo es maravilloso para la Muñeca Hinchable hasta que se corta la mano accidentalmente y empieza a deshincharse delante de Junichi.
Comentario
Sigue girando obsesiva, interminablemente, la filmografía de Kore Eda en torno a las inquietudes más íntimas y tam bién más universales: situaciones concretas, fragmentos de realidad, que cualquier espectador tanto de Oriente como de Occidente es capaz de asimilar y comprender… y que no son otras que la soledad, los afectos, la familia o la muerte. Y poca, o nula, voluntad de cambio hay en el realizador, a juzgar por esta reiterada tendencia a la metáfora vital, al cuento moral con un cierto toque de misticismo grandilocuente y al poso de nostalgia que le gusta imprimir. Reservando, desde luego, un espacio a la ironía, al juego, al humor y a la sonrisa también. Siempre procede así, es su fórmula personal e intransferible para encogernos el corazón y aligerarnos la mente, para atraparnos, en defi nitiva, sin grandes desgarros y en tono amable. El registro perfecto además para que ese prodigio de actriz que protagoniza “Air doll” exprese lo que parece imposible. Rozar el ridículo en casos así resulta fácil; y sin embargo el gran trabajo de esta mujer, su imponente mirada y su magnetismo la hacen de lo más creíble. Aunque con resultados muy diversos y objetivos bien distantes, las muñecas hinchables se han paseado con alguna frecuencia por las pantallas de cine. Y hace tres años hubo una, en “Lars y una chica de verdad”, del americano Craig Gillespie, en la que se invertían los términos: la ingenuidad y los descubrimientos corrían a cargo del amante (un magnífico Ryan Gosling). Pero venía a dilucidar lo mismo básicamente: hasta qué punto somos capaces de meternos en pellejo ajeno. Y la pregunta sigue aún en el aire…