Titulo original: About Elly / Darbareye Elly
Año: 2009
País: Irán
Duración: 118 min.
Dirección: Asghar Farhadi
Guión: Asghar Farhadi, basado en un argumento de Asghar Farhadi y Azad Jafarian.
Música:
Andrea Bauer.
Tema musical: “Song For Eli".
Intérpretes
Golshifteh Farahani, Shahab Hosseini, Taraneh Alidoosti, Merila Zare`i, Mani Haghighi, Peyman Moaadi, Ra'na Azadivar, Ahmad Mehranfar y Saber Abbar
Premios
Oso de Plata del Festival de Berlín al Mejor Director.
Sinopsis
Después de residir durante años en Alemania, Ahmad (Shahab Hosseini) decide pasar unos días en Irán, su país natal. Sus antiguos amigos y compañeros de universidad organizan una estancia de tres días a orillas del mar Caspio. Sepideh (Golshifteh Farahani), una mujer de carácter alegre, se ocupa de la organización. Sin consultar a los demás, ha decidido invitar a Elly (Taraneh Alidoosti), la joven maestra de su hija. Ahmad acaba de divorciarse de una alemana y está deseando rehacer su vida con una mujer iraní. Poco a poco, todos se dan cuenta de que Sepideh ha invitado a Elly por una razón, y empiezan a fijarse en ella y a alabar sus múltiples cualidades. El segundo día, cuando todo parecía ir de maravilla, ocurre algo y Elly desaparece. La alegría y la armonía se volatilizan. Surgen las especulaciones, los amigos se preguntan por qué se ha ido. El ambiente festivo es sustituido por el pánico y los enjuiciamientos de todo tipo. El grupo no verá a Elly del mismo modo que el primer día… hasta que se descubra la verdad.
Comentario
Lo primero que llama la atención en la película de Asghar Farhadi es la constatación de que, siendo iraní, nada tiene que ver con los tradicionales manifiestos político/religiosos que desde ese país nos llegan. Resulta, pues, reconfortante que el relato olvide el aura islámica y se centre en lo cotidiano, en la vida real. Puestos en ese escenario entrañable y familiar, la reunión de amigos y el prometedor fin de semana en la playa se va oscureciendo hasta convertirse en una intriga digna de Hitchcock o Buñuel, una intriga cualquiera, tan lógica como universal. Pero Farhadi sabe muy bien mostrarnos lo que sucede tan sin subrayar, tan de pasada, que acabamos haciéndonos las mismas preguntas que sus protagonistas. No vemos más que ellos, no somos capaces de precisar cómo y cuándo ocurren las cosas. Y a partir de cierto momento, cada palabra y cada gesto cobran una importancia decisiva. De eso se trata: de rumiar nues tros propios juicios y de sacar conclusiones, muchas, por supuesto, equivocadas. La circunstancia –de estructura evidentemente teatral- se va tornando angustiosa, claustro fóbica: planteamiento, nudo y desenlace, un clásico que el director respeta y que le sirve además para pasearnos por cuestiones espinosas como la sinceridad, los prejuicios, la libertad, o las relaciones de pareja. Todo un tratado, en fin, de modos, modales y sociología al que, por cierto, no es nunca ajena (las apariencias sólo al principio engañan) la vestimenta negra de ellas. Esas ropas que les cubren de pies a cabeza pesan mentalmente una barbaridad, salen de ahí puntas de lanza que apenas se expresan pero que están y se manifiestan con fuerza entre gente, por cierto, “estudiada”. Paradoja maquiavélica?