360. JUEGO DE DESTINOS (2011)

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    Titulo original: 360
    Año: 2011
    País: Gran Bretaña – Austria – Francia – Brasil
    Duración: 110 min.
    Dirección: Fernando Meirelles
    Guión: Peter Morgan, basado en la obra "Reigen" de Arthur Schnitzler
    Música: Temas musicales: "Helium Reprise", interpretado por Mike Patton y Mark Orton.

    Intérpretes

    Lucia Siposová, Gabriela Marcinkova, Johannes Krisch, Danica Jurcová, Jude Law, Peter Morgan, Moritz Bleibtreu, Riann Steele, François-Xavier Demaison, Jamel Debbouze, Dinara Drukarova, Vladimir Vdovichenkov, Patty Hannock, Djemel Barek, Rachel Weisz, Juliano Cazarré, Chipo Chung, Maria Flor, Sydney Wade, Ben Foster, Marianne Jean-Baptiste, Anthony Hopkins, Byrd Wilkins, Martin McDougall, Gerard Monaco, Youssef Kerkour, Sean Power, Mark Ivanir, Christoph Zadra, Tereza Srbova, Giorgio Spiegelfeld, Lisa Palfrey, Russell Balogh, Christopher Blythe, Martin Butler, Gordon Coe, Pamela Betsy Cooper, Silvia Crastan, Ginny Dee, David Frost, Cynthia Garbutt, Darren Hammock, Luke Howard, Aisling Hughes, Cyril Hutteau, Todd Von Joel, Shaun Lucas, Miguel Gonçalves Mendes, Henry Monk, Jools Newman, Adam Nowell, Stuart J. Prowse, Mary Robinson, Gordon Round, Alex Sander, Bryan Shao, Brian P Smith, Katrina Vasilieva, Eva Von Mitzka, Jon Wennington, Josh Wichard y Kelvin Wise.

    Sinopsis

    Una bella mujer eslovaca se encuentra en un estudio de fotografía embarcándose en una nueva carrera. Mientras Mirka (Lucia Siposová) es fotografiada por el proxeneta austriaco Rocco (Johannes Krisch) para su perfil online como escort, Anna (Gabriella Marcinkova, su hermana pequeña, siempre con la cabeza metida en sus libros, la observa en silencio desde el fondo. Michael Daly (Jude Law), un hombre de negocios británico, va a ser el primer cliente de Mirka, pero cuando se van a reunir en el bar de un hotel, es distraído por un colega, un vendedor alemán (Mortiz Bleibtreu) que quiere discutir un negocio. El vendedor observa a Mirka sentada sola en el bar y reconoce que es una prostituta. Michael, sintiéndose incómodo con la situación y dándose cuenta de que pasar la noche con ella no es lo que quiere hacer, y decide abandonar el bar solo. El alemán descubre que Michael había contratado a Mirka y le chantajea para que firme un contrato con su compañía. Michael vuelve a Londres con su mujer Rose (Rachel Weisz) y su hija pequeña. Rose está envuelta en una aventura con un joven fotógrafo brasileño, Rui (Juliano Cazarré), pero ha decidido dejarlo. Mientras, la novia brasileña de Rui, Laura (Maria Flor) ha descubierto su infidelidad y cuando él vuelve al piso que comparte con ella, ésta ya se ha marchado para volver a Brasil. En París, un argelino (Jamel Debbouze), un viudo solitario, lucha con su deseo por su empleada que está casada, una mujer rusa llamada Valentina (Dinara Drukarova), y su devoción a su fe musulmana. Busca consejo en su imán y en un terapeuta a la vez que lucha con su dilema interno. Una destrozada Laura decide emborracharse en su vuelo de vuelta a casa cuando entabla conversación con el hombre mayor que tiene al lado, John (Anthony Hopkins). Él le explica que su hija desapareció hace muchos años y que viaja a Phoenix porque un cuerpo que encaja con su descripción ha aparecido. Llegan a Denver pero un gran tornado les sorprende y deben pasar allí la noche. Entre los otros cientos de pasajeros está un joven americano, Tyler (Ben Foster), un delincuente sexual convicto recién liberado de una prisión de seguridad y de camino a casa. Está nervioso, y en un entorno público y llama a su psicóloga de la cárcel, Fran (Marianne Jean Baptiste) para pedirle ayuda. Al volver al restaurante del aeropuerto encuentra a Laura sentada en su mesa, esperando al hombre mayor. Sin que el argelino lo sepa, Valentina es desgraciada en su matrimonio y comparte sus fuertes sentimientos. Cuando vuelve a París de un viaje a Phoenix para visitar a su hermana, encuentra a su marido Sergei (Vladimir Vdovichenkov), organizando un viaje de negocios a Viena para su jefe (Mark Ivanir), que incluye recogerle en el aeropuerto en su coche de lujo, llevar su pistola y contratar a una prostituta para él. Mientras espera fuera del hotel en en el coche, Sergei conoce a una joven leyendo un libro, y desarrollan un vínculo instantáneo. Están todos conectados.

    Comentario

    A través de muy diversos escenarios y ciudades, como Viena, Bratislava, Paris, Londres, Phoenix, o Rio de Janeiro, el realizador de “El jardinero fiel” o “Ciudad de Dios”, Fernando Meirelles, cuenta historias de amor y, para más señas, de amores bien distintos, desde el más superficial al más intenso, y desde el puramente ocasional al eterno; casi todas las relaciones, en suma, que se dan en el ancho mundo, teñidas de mil matices, fundidas con la mentira, el adulterio, la soledad, la traición, la adicción al sexo o al dinero… un punto de partida ciertamente ambicioso. Tal vez demasiado. Y así desfilan por la pantalla prostitutas, chicas ingenuas, auténticos esclavos laborales, repulsivos traficantes, hombres de negocios y hasta un padre huérfano y desesperado… pero a Meirelles la apuesta se le vuelve en contra y ni todas las historias le funcionan bien, ni todos los personajes son creíbles, ni siquiera el tratamiento que él mismo les da es equilibrado porque se olvida pronto de algunos y estira demasiado otros hasta pasarlos de vueltas. Ocurre en el caso del dentista y su ayudante rusa (próximo al ridículo a veces) y en el de la joven brasileña y el depredador en fase de redención, improbables de todo punto, los dos. Otras escenas salen en cambio adelante más por las tablas de, por ejemplo, Rachel Weisz, Anthony Hopkins o Jude Law que por el dudoso guión que soportan. En conjunto y, planteado como cuento moderno, “360. Juego de destinos” resulta banal y algo caótico. Como entretenimiento sí, se deja ver, pero ni su buena factura, ni el oficio del director llegan a obrar el milagro. El material no da para tanto.