Titulo original: 18 cmidas
Año: 2010
País: España
Duración: 107 min.
Dirección: Jorge Coira
Guión: Jorge Coira, Araceli Gonda y Diego Ameixeiras
Música:
Iván Laxe y Piti Sanz
Intérpretes
Luis Tosar, Esperanza Pedreño, Mario Zorrilla, Maria Bouzas, Pedro Alonso, Víctor Fábregas, Federico Pérez Rey, Xosé Barato, Cristina Brondo, Antonio Mourelos, Sergio Peris-Mencheta, Víctor Clavijo, Juan Carlos Bellido, Camila Bossa, Nuncy Valcárcel, María Vázquez, Víctor Duplá, Xosé Manuel Oliveira ("Pico"), Ricardo Barreiro, Jorge Cabezas, Milán Tocinovski, Gael Nodar Fernández,José María Pérez García, María del Carmen Pereira Pena, Esteban Martínez, Ricardo de Barreiro,Luis Coira y Isabel Naveira.
Sinopsis
Una docena de historias a lo largo de un único día de ficción en los desayunos, comidas y cenas de sus personajes: la de un matrimonio anciano que recorre unido uno de esos días que aún le quedan por vivir juntos; la de un músico callejero que reencuentra, por sólo unas horas, el amor que perdió; la de una cocinera que sueña con cantar; la de un chico que teme reconocer que es homosexual ante su hermano mayor; la de un hombre maduro que no se atreve a comprometerse con una chica veinte años más joven que él; la de un cumpleaños distinto a todos los anteriores.
Comentario
A fuerza de exprimir puro hechizo de historias meramente cotidianas Jorge Boira nos gana la partida con esta irrepetible colección de individuos que tienen a fin de cuentas bien poco de individual. Son personas, ni siquiera persona jes, en pequeñas crónicas de andar por casa, sin la menor pretensión épica. Pero la estética, la inteligencia y la sencillez a la hora de rodarla le prestan la magia; de ahí que la emoción se salga de la pantalla; porque todos ponen mucho de su parte, arriesgan de tal forma, que la sinceridad primero les desborda a ellos y luego nos desarma a los demás. Desde el músico callejero a la casada frustrada, el hermano descolocado o los alegres amiguetes en borrachera continua… Boira retrata el desencanto, la ingenuidad o la melancolía con algunos picos estremecedores, dispara tados y siempre excelentes, sin estridencias para que nada resulte ni demasiado dramático, ni demasiado jovial. Algunos de esos ingredientes estaban ya en su primer largo, “El año de la garrapata”. Pero ahora rueda el director con mucha más soltura, con elegancia, y siempre desde la complicidad de un grupo de actores que no parecen actuar, sencillamente se entregan a una cámara amiga. Todo fluye, según parece, sin cortes como si fueran a ciegas. Un experimento tan arriesgado como de resultados impecables cuan do a estas alturas estamos más que sobrados de mil batallitas caseras.