007: QUANTUM OF SOLACE (2008)

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    Titulo original: Quantum of Solace
    Año: 2008
    País: EE.UU. - Gran Bretaña
    Duración: 106 min.
    Dirección: Marc Forster
    Guión: Neilm Purvis, Robert Wade y Paul Haggis, según el personaje creado por Ian Flemming
    Música:

    David Arnold
    Tema musical: «Another Way To Die», interpretado por Jack White & Alicia Keys


    Intérpretes

    Daniel Craig, Olga Kurylenko, Mathieu Amalric, Judi Dench, Giancarlo Giannini, Gemma Arterton, Jeffrey Wright, David Harbour, Jesper Christensen, Anatole Taubman , Rory Kinnear, Tim Pigott-Smith, Joaquín Cosio, Fernando Guillén Cuervo, Jesús Ochoa, Lucrezia Lante della Rovere, Glenn Foster, Paul Ritter, Simon Kassianides, Stana Katic, Neil Jackson, Oona Chaplin, Brendan O'Hea, Rufus Wright, Kari Patrice Coley, Sarah Hadland, Jake Seal, Peñarandam Felix, Emiliano Valdés, Daniel da Silva, Elizabeth Arciniega, Alessio Sossas, Mark Wakeling, Susana Albornoz, Jacques Duckins, Anthony Hansell, Karin Lanz, Christian Heller, Dante Concha, Diego Fernández de Córdoba, Edwin Cedeño, Mike Pérez, Juan Carlos Avendaño, Rachel McDowall, Rodrigo Farrugia, Carl von Malaisé, Raffaello Degruttola, Robert Braithwaite, Santos Varas Ramos, Antonio Gil, Luis Antonio Gotti, Jaime Newball, Kamil Krejcí, Gustavo Nanez, Erosi Margiani, Uygar Tamer, Alexandra Prusa, Muhamed Gandura, Shamel El-Salhy, Tsedor Gyalzur, Daniel Stüssi, Karine Babajanyan, Sebastien Soules, Brandon Jovanovich, Martin Busen, Alexandre Krawetz, Dale Albright, Katia Velletaz, Emilia Pountney y David Decio.

    Sinopsis

    James Bond (Daniel Craig) es perseguido en su coche por las cercanías de Siena (Italia). Una vez zafado de sus perseguidores y ya en la ciudad, abre el maletero de su coche en la casa refugio del Servicio de Inteligencia de Su Graciosa Majestad. En el interior está Mr. White (Jesper Christensen). Traicionado por Vesper, la mujer que amaba, 007 lucha contra su deseo de transformar su misión en algo personal. Determinados a descubrir la verdad, Bond y M (Judi Dench) interrogan a White que revela que la organización que chantajeó a Vesper es mucho más compleja y peligrosa de lo que nadie podía imaginar. Información de inteligencia vincula a un traidor del MI6 a una cuenta bancaria en Haití, donde un caso de identidad equivocada lleva a Bond a conocer a la bella y luchadora Camille (Olga Kurtylenko), una mujer que busca su propia vendetta. Camille conduce a Bond directamente a Dominic Greene (Mathieu Amalric), hombre siniestro que se escinde tras la tapadera de una ONG humanitaria de ayuda al tercer mundo, como jefe de la misteriosa organización criminal. En una misión que le lleva a Austria, Italia y Bolivia, Bond descubre que Greene conspira para lograr el control total de los recursos naturales más importantes del mundo, y para ello está forjando un pacto con el exiliado General Medrano (Joaquín Cosío) de Bolivia. Usando a sus socios en la organización y manipulando sus poderosos contactos en la CIA y el Gobierno británico, Greene promete derrocar al régimen existente en Bolivia, otorgando al General el control de un país a cambio de un trozo de tierra aparentemente estéril, con la ayuda del jefe de la policía local (Fernando Guillén Cuervo). En un campo minado de traiciones, asesinatos y engaños, Bond se alía con viejos amigos en una batalla para descubrir la verdad. Cuando está cerca de encontrar al responsable de la traición de Vesper, 007 debe ir un paso por delante de la CIA, los terroristas e incluso de M, para descubrir el siniestro plan de Greene y detener “Quantum”.

    Comentario

    Dos especialistas en la introspección de personajes tenían que dar el vuelco completo al agente 007, y ahí está el resultado. Pero por alguna extraña razón el invento no acaba de funcionar; la química, -sobre el papel llena de expectativas y de aún mejores augurios-, no seduce del todo; vamos, que la fórmula Forster / Haggis, no ha cuajado tal vez de puro echarle cerebro. Coartadas? casi todas válidas: que había que profundizar en el giro que Bond ya había iniciado en “Casino Royal”; que modernizarlo significaba percibirlo como hombre sufriente y aislado; que el antihéroe es lo que más se lleva ahora mismo...pero tampoco nos engañemos: Bond se ha dejado demasiadas cosas por el camino y sobre todo ha perdido algo tan británico y tan esencial como su sentido del humor; eso, y aquella chulería romántico / horteril que le daba un impecable toque de desapego. Está muy bien el regreso a los orígenes y a los textos de Ian Fleming, pero debemos reconocer que cuarenta y tantos años de vida en las pantallas, en el subconsciente global y colectivo, nos daba cierto derecho a los espectadores a reclamar “el nuestro”. Pero no; la imagen del Bond clásico se nos ha hecho añicos, esta nueva no es para nostálgicos, por muchos Bond que los fieles a la saga hayamos devorado. Es otra historia mucho menos divertida, pasan muchas cosas, se cuenta muy poco (los diálogos, a la baja) a la baja también el factor humano y aquí el entretenimiento se llama acción; un Bond tan minimal y tan contenido es muy poco Bond, por mucho que se empeñen sus nuevos padrinos. En cuanto al producto, al acabado, radiante como el presupuesto.