A sus 31 años ha conocido el éxito en todos los ámbitos artísticos y su matrimonio con el líder de la banda Death Cab for Cutie, de 35, parecía engrasado como una naranja mecánica

Posee el par de ojos más bellos de Hollywood, aparte del cerebro de Einstein, la ingenuidad de Marilyn y el tipazo de una modelo: es la bella actriz, compositora y cantante Zooey Deschanel, hija de Caleb Deschanel, director de fotografía, y Mary Jo, actriz en la serie «Twin Peaks». Oficialmente, ha solicitado el divorcio de Benjamin Gibbard, a finales de diciembre y los papeles están en marcha en la Corte Superior de Los Angeles.

A sus 31 años ha conocido el éxito en todos los ámbitos artísticos con los que se ha atrevido y su matrimonio con el líder y cantante de la banda Death Cab for Cutie, de 35, parecía engrasado como una naranja mecánica. De familia artística y excéntrica, su nombre procede de un personaje de la obra maestra de J.D. Salinger, «Franny y Zooey».

La unión apenas ha durado dos años (más que la de Katy Perry sin olvidar el primer matrimonio de 48 horas de una borracha Britney Spears en Las Vegas) y la separación, comentan sus íntimos ha sido «mutua y amistosa». Parece ser que la solicitud de disolución del matrimonio fue alzada el 27 de diciembre -según fuentes de la fiable web TMZ- y citaban como razón las ya aburridas «diferencias irreconciliables». Sin embargo las cantidades de dinero que se manejan no indican tal cosa. Parece ser que la actriz de «500 días juntos» sólo posee 3 millones de dólares en propiedades, una nómina de 95.000 dólares al año por su trabajo en la serie «She and Him» («Ella y él») y sin deudas en sus tarjetas de crédito. Sus gastos personales se elevan a 22.500 dólares al mes, que incluyen el pago de una hipoteca de 4.000 dólares mensuales, 2.000 dólares en vestuario y 1.500 dólares en donaciones a asociaciones caritativas. Y está libre de sospecha incluso ahora que se investigan las actividades altruistas de la ONG de la presidenta de Francia, ex maniquí y cantante susurrante madame Carla Bruni-Sarkozy. O de Iñaki Urdangarín, favorecedor de «niños descapacitados», con cuenta corriente en el paraíso fiscal de Belice.

2011 fue un buen año para ella por su éxito rotundo con la serie televisiva «New Girl» (es Jess), logró una nominación a un Grammy por su canción «So Long» («Hasta pronto») para la película de animación cursi «Winnie the Pooh» y otra a un Globo de Oro por su interpretación como actriz de series, comedias o musicales, lo que significa que el próximo día 15 competirá con las magníficas Tina Fey («30 Rockefeller Plaza»), la musa de David Lynch Laura Dern, la pluscuamperfecta Laura Linney y la corrosiva comediante Amy Poehler, la mejos imitadora de la estulta y peligrosa Sarah Palin. Debutó en 1999 en la deliciosa «Mumford», en «Casi famosos», de Cameron Crowe, junto a Kate Hudson, su compañera de colegio en su Los Angeles natal. Forjada en la televisión ha estado en la serie «Weeds» (maruja pueblerina vende marijuana) y la en ya de culto «House».

Más títulos filmográficos: «Caballeros, princesas y otras bestias» (2011, fue Belladonna y es pestífera), «Our Idiot Brother», con Paul Rudd, «500 días juntos», fue la Summer Finn del título original, «El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford», con los excelentes Brad Pitt y Casey Affleck, o «Guía del autoestopista galáctico», con el británico Martin Freeman, el próximo «Hobbitt». El pasado septiembre, Zooey se convirtió también en tía cuando su hermana Emily, actriz en la serie «Bones» (con frecuentes cameos suyos) y su marido David Hornsby, actor y director, tuvieron un niño, Henry. Es también guionista y escritora. Y en su dieta no puede incluir alimentos con gluten o huevos, por alergia. Deschanel ha realizado un tour musical con su compañero de la comedia romántica antes aludida, Joseph Gordon-Levitt. Nadie va a poder pararla.