LA ACTRIZ INTERPRETA A LOS CINCO PROTAGONISTAS DE LA OBRA EN EL TEATRO DE LA ABADÍA

El Teatro de la Abadía de Madrid acoge desde este jueves 8 de mayo, la representación de «La violación de Lucrecia·, de William Shakespeare, que lleva a escena Nuria Espert bajo la dirección de Miguel del Arco. espert ya había estrenado la obra en el 2010 en el Teatro Español.

«La violación de Lucrecia» es una de una de las composiciones más difíciles de Shakespeare, que narra el origen de la república en la antigua Roma y en la que Espert muta para dar vida a cada uno de los protagonistas: Tarquino, el violador, Lucrecia, la violada y su marido.
«La violación de Lucrecia», el desgarrador poema de William Shakespeare, es un mosaico de sentimientos y pasiones, arrebatos y delirios. La obra está basada en la leyenda del origen de Roma, las luchas por el poder y el papel de la mujer en la época.
«Solo acompañada de un director en quien pudiera depositar toda mi confianza podía decidirme a afrontar el reto de (tratar de) convertir la narración y todos sus personajes en seres de carne y hueso, no solo en mágica literatura, y eso sí que lo encontré», señala la actriz.

Espert indica que «desde el primer segundo», Del Arco ha compartido su «entusiasmo», sus «riesgos» y le ha guiado por «ese laberinto, hermoso y esquizofrénico». Según recuerda, los meses de ensayo han sido los más duros que recuerdo en toda su carrera. «Parecido, quizás a ‘Las criadas’ o a ‘Maquillaje’. «Ha mezclado placer, fatiga física y mental, y en algunos momentos profundo desconcierto. Eso es el teatro para mí», añade.

Para Miguel del Arco, esta es una pieza de «extrema dificultad» que, según indica, Espert «hace fácil como solo las grandes actrices pueden hacer». «Ustedes sacarán sus propias conclusiones. La mía es, y seguirá siendo que hay un antes y un después», señala.
«La violación de Lucrecia» contiene todo el germen y la grandiosidad de las obras posteriores de Shakespeare. La extraordinaria y emocionante narración del hecho criminal que terminó con el reinado de los reyes en Roma y que propiciaron, por tanto la instauración de la republica romana, se convierte en la pluma de Shakespeare en un mosaico de sentimientos, pasiones, arrebatos y delitos, en un espectáculo, en fin de gran belleza a pesar de su escalofriante violencia.