El director italiano Ruggero Deodato ha muerto a los 83 años este 28 de diciembre. El cineasta, un todoterreno de los géneros populares que formaban la médula espinal de la cinematografía italiana en las décadas de los sesenta, setenta y ochenta, pasó a la historia del terror con el título clave «Holocausto caníbal» (1980), un referente del falso found footage o metraje encontrado.

«Holocausto caníbal», con formato de falso documental, pasa por ser una de las películas más desagradables de la historia del terror por su acercamiento de estilo etnográfico a la historia de unos jóvenes cineastas que se adentraban en la selva amazónica para realizar un reportaje sobre las tribus de la región, practicantes del canibalismo. Los exploradores desaparecen y un equipo de rescate encuentra el material que filmaron, del que se nutre el grueso de la película y no escatima en el realismo de sus imágenes.

Precisamente esa crudeza trajo problemas legales a Deodato. Al creer que esa parte de la película no era ficción, la justicia italiana detuvo las proyecciones y llamó al director a los tribunales, acusado de maltrato animal (durante el rodaje se mataron varios animales, como un mono, un ratón, una tortuga y un cochinillo) y el posible asesinato de sus actores; esto último enteramente falso, claro. Lo que no quita que, años después, Eli Roth se divirtiera dándole un cameo de caníbal en «Hostel 2» (2007).

Además de ese precedente directo de películas como «El proyecto de la bruja de Blair» que fue «Holocausto caníbal», la filmografía de Ruggero Deodato, que aprendió el oficio de la dirección con Roberto Rossellini, de cuyo hijo era amigo, y Sergio Corbucci, contiene varias decenas de películas de géneros populares como el péplum, las aventuras selváticas, la ciencia ficción, el thriller poliziottesco o el slasher, entre las que destaca otra salvaje y gore como «Trampa para un violador» (1980). Su último trabajo detrás de las cámaras fue en «Deathcember» (2019), una colección de 24 cortos sobre el lado oscuro de las fiestas.