EL ARTISTA, QUE REVOLUCIONÓ EL MUNDO DE LA DANZA, TENÍA 80 AÑOS

El bailarín y coreógrafo francés Maurice Béjart ha muerto este jueves a los 80 años de edad, según fuentes de su compañía, la Béjart Ballet Lausanne, que dirigía en Suiza desde hacía 20 años. Bejar había sido hospitalizado la semana pasada por problemas de riñón.

Maurice Béjart  había
nacido en Marsella en 1927. Primero fue bailarín, más tarde coreógrafo y
director de su propia compañía, y posteriormente referente y figura
representativa de la danza del siglo XX. Maurice Béjart tuvo una gran formación
clásica que forjó bajo las enseñanzas de Madame Egorova, Madame Roussane y Léo
Staats, y trabajó al inicio de su carrera con prestigiosos como Jamine Charrat
y Roland Petit.

Fue en una gira con el Ballet Cullberg, donde bailaba hacia
1949, cuando Béjart descubrió la expresividad coreográfica. Unos años más tarde
estrenaba su primera creación, «Sinfonía para un hombre” (1955), con su compañía
Ballet de l´Etoile. Fue con esta obra, con música de Pierre Henry y Pierre
Schaeffer, donde descubrió el trabajo de estos dos compositores y con él la vía
que buscaba hacia un nuevo lenguaje de la danza. Funda poco después el Ballet
del Siglo XX (1960) y estrena con él «Boléro” (1961) y «Messe pour le temps
présent” (1967).

En 1987 la compañía pasó a llamarse Béjart Ballet Lausanne y
crea al mismo tiempo una fundación destinada a la promoción de actividades
relacionadas con la danza. «Le Presbytére”, «La route de la soie” y «À propos
de Shéhérazade”, algunas de sus emblemáticas obras. Destaca en la trayectoria
de Béjart, su especial relación con nuestro país y algunos destacados
bailarines españoles como Víctor Ullate, para quien creó el ballet «Gaite parisiense”
(1978) y a quien otorgaba importantes papeles en su agrupación. No en vano,
parte del repertorio de Maurice Béjart, aparece como el germen del Ballet
Clásico Nacional (hoy Compañía Nacional de Danza), fundado en 1979 por el
Ministerio de Cultura, y con primera dirección artística de Ullate. 

Es relevante también la labor pedagógica que Maurice Béjart
realizó a través de su escuela Rudra, nacida en 1992 y con sede en Lausanne, y
que encuentra su origen en Mudra, primer centro de danza que el coreógrafo
impulsó en 1970 en Bruselas. Por las dos escuelas han pasado algunas de las
principales figuras de la danza de hoy.