Trabajó en dos películas españolas, «Two Much», de Fernando Trueba, y «Desafinado», de Manuel Gómez Pereira

El actor Danny Aiello ha fallecido en la noche del jueves de diciembre, a los 86 años, en un hospital de Nueva Jersey, donde fue ingresado para tratarse de una enfermedad repentina. Aiello participó en películas como «El Padrino. Parte II» (1974), «Hechizo de luna» (1987) o «El profesional (Léon)» (1994), y en dos películas españolas, «Two Much», de Fernando Trueba, y «Desafinado», de Manuel Gómez Pereira

Nacido en Nueva York el 20 de junio de 1933, Aiello fue un rostro habitual del cine de mediados de los años 70, destacando por primera vez en un pequeño papel en el drama deportivo «Muerte de un jugador» (1973), protagonizado por Robert De Niro. Un año después apareció en «El Padrino. Parte II» (1974), donde pronunció la mítica frase «Michael Corleone dice hola».

En 1981 participó en «Distrito apache: El Bronx», al lado de Paul Newman, convirtiéndose en un punto de inflexión en su carrera, al ir obteniendo papeles cada vez más relevantes en la industria de Hollywood, apareciendo en películas como «Érase una vez en América» (1984), «La rosa púrpura de El Cairo» (1985), «Días de radio» (1987), «Hechizo de luna» (1987) o «Noches de Harlem» (1989).

En 1989 estuvo en «Haz lo que debas», dirigida por Spike Lee y por la que obtuvo su única nominación al Oscar, en la categoría de mejor actor de reparto. Posteriormente apareció en películas como «Gente de Sunset Boulevard» (1992), «El profesional (Léon)» (1994) o «El caso Slevin» (2006).

Además Aiello tuvo un largo recorrido por el teatro haciéndose un hueco en el mundillo de Broadway, con siete producciones en 11 años y un premio Obie por un montaje del Off Broadway, haciendo de un padre machista en la comedia «Gemini», de 1977. Actor autodidacta, en una entrevista con la revista de The New York Times, confesó que su preparación consistía en situarse entre cajas antes de salir al escenario y encomendarse al cielo. «Un minuto antes de salir, miro al cielo y digo: Mamá, no me dejes hacer el ridículo».