La nueva película de Bahman Ghobadi se presenta en la competición del Festival de San Sebastián

Bahman Ghobadi es un director iraní, ahora exiliado, que ha obtenido en dos ocasiones la Concha de Oro del Festival de San Sebastián. En 2004 por «Las tortugas también vuelan» y en 2006 por «Media luna». Este miércoles 26 ha presentado en el Festival «La estación del rinoceronte» («Fasle argadan»), con la que lucha por su tercera Concha de Oro. Monica Belucci es la gran protagonista.

La película, que ha obligado a disculparse a Ghobadi antes de la primera proyección de la mañana, porque según ha contado la copia tenía defectos de imagen y sonido, pese a haber estado toda la noche trabajando en ella (lo que no se acaba de entender porque la película se proyectó hace 10 días en el Festival de toronto), cuenta como el poeta kurdo-iraní Sahel acaba de ser liberado tras cumplir una condena de 30 años por el régimen de los ayatolás. La única cosa que le mantiene vivo es reencontrarse con su esposa Mina, pero a esta le han dicho que erá muerto e incluso ha ido a orar ante una tumba falsa. Mina se traslada a Estambul y Sahel parte en su busca. Pero el pasado vuelve a emerger en su vida con la oscura silueta del hombre que los mantuvo apartado todos esos años y que le ha hecho dos hijas a Mina.
La película se ha rodado en Turquía ante la imposibilidad de Ghobadi de rodar en Irán. El filme está presentado por Martin Scorsese, que fue convencido por el director para que apoyase el filme. «La estación del rinoceronte» posee momentos muy bellos que se alternan con otros excesivamente artificiales y pretensiosos. Es un filme de pocos diálogos, en el que los silencios tienen su importancia: «A veces puedes decir más con los ojos que con las palabras» dijo Ghobadi antes de la proyección matinal. «Para mi hacer esta película fue una necesidad, fue la sensación de sentirme vivo. La he hecho para no morirme», añadió Ghobadi.
Monica Bellucci se ha referido a la cultura mediterránea de Ghobadi como nexo común con ella: «Ghobadi me recuerda a Fellini, Rosellini y De Sica, que salieron de la II Guerra Mundial con sed de creatividad. Él también viene de un país que ha sufrido mucho, y le veo esa energía y curiosidad creativa de los grandes maestros».