Nacido en La Mancha y exiliado en México tras la guerra civil, trabajó por el desarrollo del cine en tierras aztecas, lo que le llevó a ser director, guionista, productor y distribuidor

El director de cine de origen manchego Miguel Morayta, que nació en Villahermosa (Ciudad Real) en 1907 y llegó a ser uno de los grandes precursores de la «Época de oro» del cine mexicano tras instalarse en el país tras la guerra civil española, cumplió este lunes 15 de agosto 104 años de edad.

El director y guionista español sigue viviendo en Ciudad de México, donde se instaló en 1941, tras exiliarse al término de la Guerra Civil española, en la que participó como oficial del Ejército. Al acabar la guerra, Morayta se exilió en Francia y después estuvo a punto de morir a manos de los nazis tras pasar por un campo de concentración, pero salvó su vida por una vieja amistad con un fotógrafo alemán comandante de la Gestapo, que le permitió huir y llegar a México, donde se volcó en desarrollar su gran pasión por el cine. En el país azteca se convirtió en director de cine, debutó en 1944 con la película «Caminito alegre» y llegó a rodar 85 cintas de diversos géneros.
Durante décadas Miguel Morayta trabajó por el desarrollo del cine en México, lo que le llevó a ser director, guionista, productor y distribuidor. «Lo que ha hecho Morayta en el cine tiene una gran importancia que no le ha servido para que aún nadie con responsabilidad en el ámbito de la cultura ponga en valor su trayectoria profesional en España y en su región, donde continúa siendo un gran olvidado», ha dicho el director mexicano Domingo Ruiz Toribio
Morayta rodó decenas de películas de todo género con grandes actores y artistas mexicanos y españoles, no sólo en México, si no también en países como Cuba, Uruguay, Venezuela, Puerto Rico, Argentina y Estados Unidos. Su última película como director fue «Los amantes fríos», en 1977, y después pasó a trabajar para Televisa, convertido ya en uno de los padres del cine mexicano.