«La hija», un thriller dramático que cuenta la historia de una joven de quince años, embarazada y que acaba de escaparse de un centro de menores, se ha presentado este miércoles en la competición del Festival de San Sebastián. Manuel Martín Cuenca aborda la historia de Irene, una joven de quince años, embarazada y que acaba de escaparse de un centro de menores. Javier, su tutor, está dispuesto a ayudarla pero a cambio ella tendrá que seguir sus reglas.

Protagonizada por Javier Gutiérrez, Patricia López Arnáiz y la joven Irene Virgüez, es una historia en donde las localizaciones de la Sierra de Jaen funciona como un personaje dramático más. La filmación principal se desarrolló en tres fases, entre los meses de noviembre de 2019 y abril 2021, de acuerdo con las estaciones del año, ya que el paisaje cambia radicalmente en cada una de ellas. «La hija» está escrita por el propio director que vuelve a colaborar con Alejandro Hernández («Mientras dure la guerra», «Caníbal») en un guion basado en el argumento de Félix Vidal.

Irene tiene quince años y vive en un centro para menores infractores. Se acaba de quedar embarazada y está decidida a cambiar de vida gracias a Javier, uno de los educadores del centro. Javier le ofrece vivir con él y su mujer Adela en la casa que tienen en un paraje aislado y agreste de la sierra para que pueda llevar a buen término su embarazo. La única condición a cambio es que acepte entregarles al bebé que lleva en sus entrañas. Este débil pacto puede verse comprometido cuando Irene empiece a sentir como suya esa vida que lleva en su interior.ç

Viendo «La hija» es inevitable acordarse de los casos de bebés robados en España o del debate en torno a la maternidad subrogada: «Uno de los grandes temas del ser humano es la reproducción, la vida, la paternidad, la maternidad, la familia. Todo eso en un momento en el que la ciencia, la tecnología y la sociedad han cambiado en ese sentido» ha explicado Martín Cuenca. «Antes quién podía tener hijos los tenía, pero ahora existe la fecundación in vitro, la maternidad subrogada, etc. Todo eso estaba como un tema a tratar cuando estábamos escribiendo. Pero tratamos de reducirlo a un solo caso». «La hija» es una película sobre quién tiene derecho a qué, intentando entender a todas las partes. Lo que hace esa pareja es una aberración, pero se sienten legitimados por el dolor de no haber podido tener hijo y el amor que pueden dar: «Es un tema realmente complejo y queríamos que estuviera en el trasfondo, aunque luego la cinta fuera simplemente una historia esencial entre animales, en el buen sentido. Dos madres que quieren el mismo hijo, esa pelea casi primitiva que podría haber ocurrido hace miles de años».

La película tiene un inicio extraño, pero una vez que el planteamiento está claro, no ofrece sorpresas y todo discurre por donde uno se imagina con un gran trabajo interpretativo, sobre todo de Javier Gutiérrez: «Pensé en Javier desde el principio» afirma el director. «Él tiene una cosa muy buena que es que transmite ser una buena persona. Podía ser ese educador que te cae bien y en el que la gente confía y que luego, en realidad, utiliza todo lo que sabe hacer ayudando a los demás para su propio beneficio y el de su mujer. Yo le pedí que engordara siete u ocho kilos para esta película y que se hiciera más rural. Cuando empezamos a escribir el guion y yo ya sabía que iba a ser Javier y de hecho le pusimos su nombre al personaje». Al igual que a la protagonista, Irene, que comparte nombre con la debutante Irene Virgüez Filippidis: «Es algo que me gusta hacer. Pasó en «La flaqueza del bolchevique», el personaje en la novela se llamaba Rosana y yo le puse María, cosa que no le gustó mucho a Lorenzo Silva, pero luego me lo perdonó. Eso de alguna manera impregnaba a la protagonista de la personalidad de la propia actriz».

«La hija» nos sitúa en un ambiente rural completamente aislado: «El lugar es un protagonista, donde está enmarcado el ser humano, aunque su tendencia sea vencer a la naturaleza, pero la naturaleza está ahí peleando todavía», prosigue Martín Cuenca. «Y por otro lado, el retrato interno de lo que les pasa a los personajes lo hago a través del paisaje. Adquiere un papel muy narrativo, yo creo que como en casi todas mis películas».