La galería Steven Kasher de Nueva York se suma a la comemoración de los 50 años de la muerte de Marilyn Monroe

El veterano Lawrence Schiller ha fotografiado a diosas del Olimpo cinematográfico del voltaje de Bette Davis, Anna Magnani y otras sirenas del celuloide: «pero mi cámara amó como a nadie a Marilyn Monroe. He fotografiado a mujeres extraordinarias, pero Marilyn iluminaba ella sola con su presencia una habitación. A mí sólo me restaba absorberla y preservar sus movimientos. El resultado eran magníficas imágenes», ha manifestado a The New York Daily News, con motivo de la inauguración de la muestra en la Steven Kasher Gallery neoyorquina.

Ambos se conocieron en el plató de «El millonario», en 1960. El tenía 23 años, y ella, una década más. «Le dije, tú eres famosa, yo estoy comenzando». Schiller ha cumplido ya 75 años. Ambos continuaron su colaboración artística hasta su muerte en agosto de 1962. La muestra «Marilyn & Me» conmemora el medio siglo de su desaparición y hoy, jueves 31 de mayo, se abre al público para mostrar más de un centenar de fotografías totalmente inéditas pertenecientes a su archivo privado. Las últimas pertenecen a su último filme inacabado, «Something’s Got To Give», en el que logró exasperar a George Cukor.

La exposición se acompaña del libro «Marilyn & Me», del propio fotógrafo, quien ha dicho: «No se trata tan sólo de una colección de fotos bonitas…es la historia de los cuatro últimos meses de su vida, cuando la tragedia estaba a punto de consumarse». Muchas de las fotos van acompañando de anotaciones de la propia actriz y sus sugerencias. Se puede ver a la diva soplando las velas de la tarta de su 36 cumpleaños, mientras su profesora de arte dramático y amiga Paula Strasberg le acerca un aperitivo. Schiller afirma que es su favorita, «porque muestra el absoluta control que su Pigmalión ejercía sobre ella, y hay un elemento dramático en ello. Marilyn jamás consultaba con un director, sino con ella, omnipresente en el plató».

¿Cuál fue el secreto de su impresionante amistad? «Mi juventud y bastante cara dura. Todos los hombres la deseaban…y de alguna manera ella me eligió a mí. No es que quisiera exclusivamente comunicarse conmigo, lo intentó toda su vida con muchas personas. Nunca mantuvo una guardia alta conmigo, fue completamente sincera». En el curriculum vitae de Schiller, 11 libros, siete Emmys y un Oscar por un documental. Pero, para él, su gran momento lo vivió con Monroe: «Si siguiera viva, simplemente le diría gracias. Ella me dió renombre en la industria de Hollywood, sabía perfectamente lo que hacía.

«Marilyn & Me» estará abierta al público hasta el 30 de junio en la galería Steven Kasher, en el número 521 de la calle 23, a la altura de la Décima Avenida de Nueva York. Se abre de martes a sábado, de 11:00 a 18:00. Para más información: www.stevenkasher.com