el drama de tres hermanas que tratan de huir de su anodina vida en el campo al brillo y lujo de la gran ciudad

A sus 32 años, Maggie Gyllenhaal es aristocracia del Hollywood liberal en estado puro. Hija del realizador Stephen Gyllenhaal y de la guionista Naomi Foner, es además hermana de Jake, el actor de moda, recién estrenada su comedia de sexo y Viagra, «Amor y otras drogas», junto a Anne Hathaway. Hace años se emparejó con el estupendo actor Peter Sarsgaard, que protagonizó junto a su hermano la durísima «Jarhead», acerca de la guerra contra Irak. Maggie y Peter hicieron en 2009 tío a Jake de una niña llamada Ramona. La actriz que deslumbró como la sumisa «Secretary» y cuya carrera ha ido hacia arriba desde entonces, ha sabido compaginar carrera, moda y vida familiar.

Quizá por ello, ha decidido junto a su novio Peter Sarsgaard, erigir una nueva producción de la tristísima «Las tres hermanas», de Anton Chejov. Y lo han hecho en pleno off-Broadway, en el pequeño teatro Classic Stage Company (CSC), uno de los más íntimos del bohemio East Village. Ambos son los personajes centrales de un ensemble, del que forman parte también Josh Hamilton y Jessica Hecht, que narra el drama de tres hermanas, y de cómo con sus sueños tratan de huir de su anodina vida en el campo tratando de abrise camino hacia una existencia de brillo y lujo en la gran ciudad.

Se trata de tres mujeres -una ingenua romántica, un ama de casa desesperada y una solterona sin esperanza- atrapadas en matrimonios pésimos o en lucha con compañeros sentimentales mal elegidos. Las tres se solazan con la compañía de diversos pretendientes provenientes de la cercana base militar en la Rusia zarista. Al final, lo único que les ocurre es que sus esperanzas se ven anuladas y sus sueños, destrozados. Anton Chejov escribió este clásico del teatro ruso en 1901 y según el director de la función, el actor Austin Pendleton («¿Qué me pasa, doctor?»), «la obra describe cómo la vida te tiende trampas y de cómo las personas tratan de buscar cosas que no existen en vez de tomar las cosas que hay por lo que realmente son».

Maggie Gyllenhaal estuvo nominada el pasado año a un Oscar por su trabajo junto a Jeff Bridges (que resultó premiado con un eunuco dorado) por «Corazón rebelde» («Crazy Heart») y acaba de rodar «Hysteria», de Tanya Wexler, junto a Hugh Dancy y Rupert Everett. A su vez, Saarsgard, acaba de finalizar el rodaje de una de ciencia ficción, «Green Lantern», de Martin Campbell, junto a Ryan Reynolds, ex señor de Scarlett Johanssen, y Blake Lively, recientemente nombrada la mujer más deseada del mundo. En Estados Unidos no escatiman en titulos raros. A Gyllenhaal y Sarsgaard siempre les quedará Chejov.