ENTRE LAS NUEVE DE LA NOCHE DEL SÁBADO A LAS SIETE DE LA MAÑANA DEL DOMINGO, EL TEATRO, LA DANZA Y EL CIRCO SE APODERAN DE LA CAPITAL

La Noche en Blanco este año propone para las artes escénicas un cruce múltiple y heterogéneo de todas estas herramientas y formatos de la escena, un cruce donde se encuentre lo popular y lo íntimo, la tradición y lo desconocido, lo sagrado y lo tosco en esta noche abierta y ciudadana. Noche en la que el madrileño y el visitante pueden encontrar una gran amplitud de registros, opciones y visiones existentes hoy en la creación contemporánea.
Así, creadores de larga trayectoria como Albert Vidal o Carlos Marquerie presentan dos trabajos innovadores y anclados en el presente. Pionero y precursor en España de las artes performáticas, Vidal, hombre excepcional, polémico y provocador, muestra «Sueños y alucinaciones de un enano enamorado” en el Teatro de la Abadía, mediante un original canto telúrico basado en las energías del cuerpo. Al final del concierto y como maestro de ceremonias, Vidal convoca al público a realizar un canto colectivo de energías, felicidad y conocimiento a todo el universo. En cuanto a Marquerie, presenta «Entre las brumas del cuerpo” en la Real Fábrica de Tapices, perteneciente al ciclo «El cuerpo de los amantes”, una serie que versa sobre el amor y la muerte iniciada en 2004 y que continúa sin finalizarse.
Además, podemos ver los estrenos de los nuevos trabajos de Rodrigo García, Roger Bernat y Angélica Liddell, creadores que forman parte de una generación nacida en los años 60 y 70 y que con una excelente formación teatral han sabido inventar su propio teatro. Sus diferentes lenguajes, personales y trabajados, huyen del clásico teatro museístico y estilizado. Con ellos, uno nunca sabe qué puede ocurrir. Se trata de una dramaturgia de la acción, donde nadie es un mero espectador. Si nunca han tenido la oportunidad de verles, esta noche no deberían despistarse.
Tras su paso por el Valle-Inclán con «Perro muerto en Tintorería”, Liddell reflexiona sobre las relaciones entre la angustia, el amor y la guerra en «Anfaegtelse” en DT Espacio Escénico. Roger Bernat, por su parte, hace actuar y preguntarse sobre su propia condición a todo aquel que se acerque a su «Dominio Público” en el Museo Reina Sofía.
Cerca de allí, junto a las ruinas de la iglesia de las Escuelas Pías de la Plaza Agustín Lara, el cineasta y autor teatral Rodrigo García revisita la «Teoría de la evolución de las especies”, según él todas ellas monstruosas y siempre necesitadas de compañía. Otra propuesta arriesgada y creada también para La Noche en Blanco es la de Fernando Soto, que propone un trabajo a medio camino entre lo escénico y lo performativo que se adentra en los problemas de la comunicación interpersonal en «Al final… encontraremos” (Sala Triángulo). Y en un espacio pequeño, casi escondido en el centro de Madrid (Taller La Griega), Carmen, La Griega, sorprende a los que la visitan con su extraño teatro de objetos de Medeas contra reptiles.
Para los aficionados al teatro español más clásico, Lope de Vega vuelve a hacerse presente en Madrid a través su gran obra: «El perro del hortelano”, en el. Círculo Catalán de Madrid. Mientras, la Real Escuela de Arte Dramático revisita la obra de William Shakespeare en un espectáculo de esgrima e interpretación, «Shakespeare en armas”, en la Sala Pequeña del Teatro Español.
«Puerta del Sol. Un episodio nacional”, basado en la obra de Benito Pérez Galdós, tendrá una representación extraordinaria en el Teatro Albéniz. La historia y el teatro se reúnen también en «Atelunae”, en el Ateneo de Madrid, un espectáculo teatral y cinematográfico que, basado en las obras de un ilustrado como Julio Verne y un visionario como Georges Méliès repasa el antiguo anhelo del hombre de viajar a la luna. Durante el mismo se podrán apreciar las primeras ediciones de «De la tierra a la luna”, de Verne, y al finalizar se proyectará en el Salón de Actos el «Viaje a la luna” de Méliès.
UNA NOCHE EN DANZA
La tradición rota y presente de la danza butoh, una de las expresiones más influyentes en el teatro actual, se pasea en la Plaza de la Villa con bailarines venidos de Japón –Hisako Horikawa y Misako Iwana–, y maestros españoles –Andrés Corchero– en el espectáculo «Cuerpo y memoria”, en la Plaza de la Villa. El maestro Misako Iwana –director y fundador de La Maison du Butoh Blanc en Francia–, organiza en el Teatro Pradillo un taller abierto y gratuito –para hasta un máximo de 15 personas con experiencia en danza y teatro físico– y presenta, además, su arte en parques, plazas y hasta en el Metro, en un «Carrusel Lunar”.
La Noche en Blanco ha invitado a dos de las coreógrafas madrileñas con mayor solvencia para trabajar en dos espacios contiguos y significativos en cuanto a la investigación escénica en Madrid se refiere: el Teatro La Grada y La Cuarta Pared. Dos creadoras que trabajarán desde el proceso y la reflexión del cuerpo en un formato híbrido entre la acción y la instalación. Así, Elena Córdoba se pregunta y nos hace cuestionarnos conceptos como la deformidad y la belleza con «El cuerpo de un ángel (Anatomía Poética)” en la Sala Cuarta Pared. Mientras que otra Elena, Alonso, propone que nos refugiemos en el silencio y la propia intimidad frente al ruido y las exigencias de la sociedad contemporánea en «Estudio para retrato de un cuerpo ausente”, en el Teatro Lagrada.
A caballo entre la performance y la danza se encuentra «2M2 (Alegoría en la que me jodéis con 1.000 putas velas”, que se puede ver en el Museo Reina Sofía, un trabajo de David Fernández en el que el papel del público, vela en mano, resulta fundamental. Como colofón, la Compañía Nacional de Danza Junior ofrece la posibilidad de asistir a uno de sus ensayos en las Naves Danza de Matadero Madrid.
ENCUENTROS CON ACTORES
Uno de los grandes de la escena, Rafael Álvarez El Brujo, invita a los asistentes a su función del Teatro Infanta Isabel a charlar con él a partir de las diez de la noche y descubrir los secretos de su espectáculo, conocer sus sensaciones de primera mano en un diálogo cara a cara con este tremendo actor. Pero los diálogos con los creadores no terminan en el Encuentro con El Brujo. Podemos charlar también en esta noche sobre «El teatro dentro del teatro” con los divertidísimos actores de La Cubana, tras la función de «Cómeme el Coco Negro”, en el Teatro Compac Gran Vía. También el Teatro Fígaro-Adolfo Marsillach sirve de punto de encuentro entre los actores y espectadores de «¡Que viene Richi!” para hablar sobre los diferentes registros actorales necesarios para actuar en teatro, cine o televisión.
Mientras, los amantes del flamenco pueden asistir a la charla con la compañía del conocido bailaor y coreógrafo Rafael Amargo, después de su representación de «El amor brujo” en el Teatro Alcázar, donde se discutirá sobre el nuevo perfil que está tomando el flamenco hoy en día, con la incursión de bailarines formados en el extranjero. Para quien guste del musical y la fantasía, «La Bella y la Bestia”, ofrece, en el Teatro Coliseum, la posibilidad de pasar al backstage y observar los entresijos de una gran producción.
En una noche de ilusiones Madrid no podía olvidarse del circo. Considerado durante años un arte menor, casi marginal, el circo ha afrontado una profunda renovación consiguiendo de nuevo tocar con su magia al gran público. Hombres extraños, clowns que caminan, bailan y cantan por las paredes aparecen esta noche en la ciudad de la mano de la compañía Deambulants, que llega por primera vez a Madrid, actuando en el Estadio Santiago Bernabéu.
Mientras, en el Paseo del Prado el público asiste a escenas no por poco probables imposibles, con personajes que logran sacar melodías de una sierra, contorsionistas que llevan su flexibilidad al límite, o artistas del vacío y el jabón. En el Teatro Circo Price, varias pantallas gigantes muestran lo mejor del circo en el cine y el grupo Komball asocian malabarismo, acrobacias y fútbol en un despliegue que ha asombrado a media Europa.
Uno de los platos fuertes es, sin duda, el que se cocina un poco más allá de media noche, cuando Jade Kindar-Martin camina por los cielos de Madrid, sobrevolando a los transeúntes de la Calle de Alcalá, a la altura del Instituto Cervantes, en una de las artes escénicas más antiguas e ilusionantes que han existido, el funambulismo.
Esta es una noche larga e intensa que el público debe llevar hasta el final, hasta el amanecer. Artistas provenientes de las plásticas como Antonio de la Rosa o David Gómez, intervienen en ese momento reflejo del ocaso que es el alba. Ilusionismo y emoción, reflexión y crítica, escenas para dejar más que satisfecho al más exigente de los espectadores.