«W.E.», la historia del rey Eduardo VIII de Inglaterra, que renunció al trono por amor

«Madonna ha sido una horrible actriz -«Shanghai Surprise», «Body Of Evidence», «Swept Away»- y siempre se pensó que renunciaría a su carrera en el cine de puro bochorno. Ahora se reafirma como una horrenda directora». Así se expresó un crítico británico que tuvo acceso de una copia de «W.E.» antes de que se estrene en la próxima Mostra veneciana. Madonna quiere ser tomada por una cineasta bona fide. Pero una proyección super secreta en Nueva York no ha tenido respuestas positivas y se dice que parece más un anuncio de Chanel que un film de 18 millones de dólares.

Harvey Weinstein, que ha comprado los derechos de distribución en USA, fue visto furioso y a punto de estallar al leer las puntuaciones de un público elegido al azar. Quiere un nuevo montaje y retrasar su estreno medio año. Weinstein es conocido como Harvery Manostijeras. Suele asegurar: «no hago cortar por diversión sino por hacer funcionar una mierda».
A sus 52 años, la diva es conocida por su obsesión por el control y está airada. Un miembro de la audiencia dice que la narración no tiene sentido y menos la obsesión de una neoyorquina, Wally, por Wallis Simpson. El guión es mediocre y sólo parece haberle interesado el aspecto y estilismo del film. No hay narrativa, ni corazón. Un distribuidor que la vió en el mercado de la Berlinale la definió como «solamente terrible».
Madonna comenzó sus investigaciones, aún casada con Guy Ritchie, quien la ayudó y la ambición rubia habló con testigos de los hechos y gentes cercanas a Eduardo VIII y Wallis. En el guión le ayudó Alek Keshishian, autor del documental «En la cama con Madonna». Pronto se habló de «diferencias creativas» y ella no quería ni colaboradores ni delegar, en su estilo.
La actriz Margo Stilley, encargada de ser Lady Thelma Furness, amante del rey y que le presentó a la dos veces divorciada Simpson, abandonó a los pocos días el rodaje. «Le deso suerte, pero es insoportable». Ewan McGregor y Vera Farmiga, que debían ser el breve rey y Wallis, también abandonaron. Madonna ha dicho: «Se que quiero estar al cargo de todo y no es fácil trabajar conmigo». La Simpson se le parecía mucho, estaba siempre a dieta, hacía que le plancharan las sábanas dos veces al día y sus cheques, y quería su comida en porciones idénticas medidas». Los 18 millones sirvieron para pagar diseños del ahora caído en desgracia John Galliano y joyas idénticas a las de Cartier de Simpson recreadas por la maison.
Otro testigo dijo que la película parece más preocupada por los detalles de los removedores de Martinis, vasos, mesas y muebles que por la historia. Hay más estilo que sustancia, pero la gente espera tan poco de Madonna que quizá los críticos la dejen pasar. Pero el trabajo de Andrea Riseborough es de matrícula de honor han subrayado. Se esperaba la película en Cannes, pero fue rechazada. Se habló de defectos en la banda sonora. De nuevo se procede a un rodaje y el enigma es que hará Weinstein con ella.