La película compite en sección oficial como la segunda entrega de la saga que recrea el peculiar universo de Rafi y Fali

Tras el éxito de «El mundo es nuestro», «Los compadres” vuelven a la gran pantalla con «El mundo es suyo» que compite en sección oficial como la segunda entrega de la saga que recrea el peculiar universo de Rafi y Fali, con el que prometen enganchar al público desde que se acomoden en sus butacas, una comedia que aúna diversión y crítica social.

En rueda de prensa, el director andaluz Alfonso Sánchez ha explicado que se trata de una sátira sobre España y su estado patriarcal con el objetivo de no defraudar a los espectadores y seguir haciéndoles sentir parte de las aventuras y peripecias de sus dos personajes viralizados en las redes sociales. Sánchez -quien además de dirigir la cinta, también la protagoniza junto a Alberto López- asegura que no solo se trata de una comedia para pasárselo bien, sino que intenta aportar una visión diferente de cómo los compadres se enfrentan a la tragedia que envuelve sus vidas.

Ambos han afirmado que se sienten dueños de la película y completamente libres en el guión e interpretación en este proyecto respaldado por Warner. En este punto se han mostrado muy orgullosos e incluso emocionados porque siguen considerándose dos chavales de barrio del Polígono Norte y del Polígono San Pablo de Sevilla que jamás llegaron a imaginar que fueran capaces de plasmar sus sueños en el cine.

Para marcar la diferencia con su largometraje predecesor, Sánchez y López han querido puntualizar que mientras en la primera se ponía el foco en la gente del extrarradio o que nunca había tenido oportunidades en la vida, en El mundo es suyo han intentado reflejar el ángulo más conservador y tradicional de la capital andaluza. Esa Sevilla de postal y esa manera de entender la vida de una forma tan particular, han rematado los dos protagonistas.

Otras películas destacadas de la sección oficial han sido «Las distancias», de Elena Trapé, una desencantada hostpria situada en Berlín que destapa la frustración por los sueños truncados de un grupo de jóvenes treintañeros que se enfrentan a su cruda realidad, y «Mi querida cofradía», una comedia de Marta Díaz de Lope que reivindica el papel de la mujer en la Semana Santa de Ronda a través del costumbrismo y la ironía. «Las distancias» es el segundo largometraje de la directora Elena Trapé, un drama con el que intenta destapar la frustración por los sueños truncados de un grupo de jóvenes treintañeros que creen seguir siendo aparentemente felices como lo fueron cuando tenían todo en común. Lo descubrirán en Berlín, la capital a la que viajan Olivia, Guille y Eloi para darle una sorpresa a Comas con motivo de su cumpleaños, unos personajes elegidos para empatizar profundamente con el público. Lo protagonizan Miki Esparbé, Alexandra Jiménez, Isak Férriz, Bruno Sevilla y Maria Ribera. Su directora ha realizado sin proponérselo un retrato generacional que refleja a unos jóvenes tristes porque no han encontrado el trabajo que merecían ni el amor con el que soñaban ni tienen los recursos necesarios para satisfacer sus deseos. Durante la rueda de prensa de su presentación, Trapé ha reconocido que ha volcado muchas de sus emociones personales en el guión. En la vida real, ella percibía en su entorno una gran sensación de desazón y de expectativas truncadas entre los compañeros y amigos de su generación porque considera que el globo del estado de bienestar se ha desinflado. Hay un paralelismo entre su contexto personal y el de los personajes de la película para llevar a la gran pantalla la personificación de la decepción y del desencanto.

«Mi querida cofradía» relata de forma divertida el sueño cumplido de su protagonista –Gloria Muñoz- cuando está a punto de convertirse en presidenta de su cofradía. Tendrá que hacer frente a un contexto conservador, lleno de contradicciones y en el que va a reivindicar su papel como mujer frente a su contrincante. La actriz Gloria Muñoz ha explicado «que no es solo una comedia que hace reir, sino que te hace pensar y replantearte lo que son nuestras costumbres sin cachondearte de ellas, es decir, reflexionar y aprender a contemplarlas desde otra perspectiva”. Además, ha añadido «que la mirada femenina y sensible cobra especial importancia, porque es capaz de despertar la empatía entre las mujeres, tanto entre las que se mueven en el ámbito de las cofradías, como cualquier mujer desde su círculo familiar, amistoso o profesional”. «Abarca muchos temas desde una estética impecable y original y muy cuidada”, ha zanjado su protagonista.