Decepcionante producción chilena que también incide en la familia, «La voz en off”
La competición del Festival de San Sebastián se ha puesto al ralentí con dos historias familiares, una vasca y la otra chilena. Había mucha expectación en la capital donostiarra por «Loreak” («Flores”), la primera película hablada íntegramente en euskera en la historia de la competición de San Sebastián (en otras secciones todos los años ha habido alguna), en una edición en que, también por primera vez, en todas las secciones hay alguna producción vasca, lo que indica la potencia que ha cobrado la industria del cine en Euskadi.
«Loreak”, dirigida a cuatro manos por Jon Garaña y José Mari Goenaga, esta protagonizada por Nagore Aramburu, Itziar Ituño e Itziar Aizpuru. La película es una sencilla y hasta entrañable historia familiar, la historia de tres mujeres, tres vidas alteradas por la presencia de unos ramos de flores, que harán brotar en ellas sentimientos que parecían olvidados. Todo comienza en una comida familiar, con los problemas habituales de cualquier familia. La mujer de uno de los hombres no se habla con la madre de este, lo que crea las consiguientes tensiones. El hombre, que trabaja en lo alto de una grúa en las obras de una autopista, morirá en un accidente de tráfico. En el lugar del accidente la madre deposita flores, pero observa que alguien las deposita también a lo largo de los meses, que no es nadie de la familia. La viuda del fallecido llega a la misma observación y a base de paciencia, observa como una desconocida joven semanalmente deposita un ramo en el lugar. Este hecho acabará uniendo a la madre, que ha logrado averiguar e intimar con la desconocida y la viuda.
Lo más interesante de «Loreak” está en su falta de pretensiones. Es una película basada en unos personajes cotidianos que se dejan querer. Una historia construida a base de sutilezas, silencios y emociones calladas, que se podrá ver en toda España, eso sí, doblada al castellano, lo que hará que se pierdan muchos de los matices que adornan el filme.
También de conflictos de familia trata la chilena «La voz en off”, de Cristián Jiménez (director del que en España se estrenó hace pocos años «Bonsai”), que cuenta con Ingrid Isensee, Paulina García y Shenda Roman. La película es la historia de Sofía, una mujer de 35 años, que tiene dos hijos a los que ama, pero a la que todo le sale mal. La madre decide buscar la paz apagando el móvil, no conectarse a internet y olvidando cualquier otro tipo de información, lo que en la bulliciosa familia que le rodea, le resultará muy complicado. El problema del filme es que interesa muy poco los problemas de esta familia, que no posee ningún personaje con el que identificarse. Además la narración resulta confusa a lo que no ayuda nada la voz en off del título, que aparece al final para subrayar lo que ya se está contando con imágenes.
Como es habitual, cuando la competición flojea, siempre hay alguna pequeña joya en las secciones paralelas. En esta caso ha sido el documental de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado «La sal de la tierra”, visto en «Perlas”. La película recoge la vida y el trabajo del famoso fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado, que es revelado por su hijo Juliano y por el alemán Wenders, que además de director de cine es un prestigioso fotógrafo. La película recoge la vida de Juliano Ribeiro Salgado en sus recorridos por el mundo cámara en mano. Su trabajo ha dejado los mejores libros de fotografía de la historia, siempre agrupados por motivos temáticos y con los hombres y mujeres como protagonistas. Impresionantes sus fotos sobre las hambrunas africanas, las tribus del Amazonas y el trabajo cotidiano de los hombres, entre los que se incluyen los pescadores gallegos.