«Trabajo siempre desde el entusiasmo”, dice el actor que está preparándose para interpretar a Ricardo III en las tablas

Lluis Homar a llegado a Gijón con la historia de Ricardo III a cuestas, la que ahora está preparando para el Teatre Nacional de Catalunya. Pero también con las de decenas de personajes a los que él ha dado vida (y ellos a él, ilusión). Y lo ha hecho para recoger el Premio Nacho Martínez, galardón que, dijo, le da una gran alegría recibir no sólo por recordar al actor asturiano, con el que compartió rodaje en televisión, sino también porque «me gusta ser uno de ellos”, en referencia al grupo de premiados.

Nacho Martínez y Lluís Homar trabajaron juntos en la serie «Un día volveré», dirigida por Paco Betriu en 1990 (con el director debutaría en el cine en 1981, en «La plaza del Diamante»). Del actor asturiano recuerda que era «simpático, generoso, cercano… Un ser humano excepcional”. Y en Gijón, poco antes de recoger el premio, recordó «la bofetada que recibí al enterarme de su muerte”.

Homar es un actor que ha transitado por escenarios y sets de rodajes con la mismo anhelo. «No me gusta ni el teatro, ni el cine, ni la televisión, pero dame un proyecto que me interese y me volveré loco”. Y desde los 19, en eso está: volviéndose loco con trabajos que le han apasionado porque, asegura, «yo trabajo siempre desde el entusiasmo”. Esa ha sido su aspiración en su carrera como intérprete y como director de teatro, aunque de esta última faceta contó divertido que «si pudiera, no iría a los primeros ensayos”. Y como «me encanta aprender”, quizá algún día el cine gane un director llamado Lluís Homar.

Después de su paso por el FICX, volverá a Ricardo de York. Con él estará en el escenario del TNC. ¿Y el cine? Ha desvelado un deseo: «Trabajar en el cine con Alberto Rodríguez. Trabajé con él en «Hispania» y me gusta el trato que tiene con los actores”. ¿Y fuera de los focos? Lluís Homar lo tiene claro: «Fortalecer el ser que está detrás del actor”.