Un conmovedor diálogo entre Àngel Llàcer y Emilio Gutiérrez Caba en el que tienen cabida aspectos como la soledad del ser humano o la lucha por la supervivencia

En el año 1955, una fragata militar colombiana naufragó debido a su excesiva carga. Todos sus pasajeros fallecieron excepto el marinero Luis Alejandro Velasco, que estuvo diez días solo y perdido en alta mar. Su historia protagonizó una serie de reportajes que se publicaron en ‘El Espectador’ de Bogotá y que llevaban la firma de un joven reportero llamado Gabriel García Márquez.

Quince años después, aquellos artículos periodísticos se publicaron en forma de libro en Barcelona y ahora la Ciudad Condal acoge el estreno de su adaptación teatral. «Relato de un náufrago» se estrena en el escenario de Gràcia del Teatre Lliure donde permanecerá en cartelera hasta el 4 de diciembre.

«Relato de un náufrago» supuso el exilio para García Márquez a París. Enmarcada dentro del periodismo narrativo, esta novela contaba la historia de Luis Alejandro Velasco, un marinero que permaneció diez días perdido en el mar, después de caer desde un buque militar. Una historia de supervivencia y en drama muy humano que ahora llega a los escenarios, con Emilio Gutiérrez Caba en el papel protagonista.

Ignacio García May firma una adaptación que cuenta con la dramaturgia y dirección de Marc Montserrat-Drukker. En 1999, el director contactó por primera vez con Carmen Balcells, agente literaria de García Márquez, para exponerle su proyecto. Sin embargo, tuvo que esperar hasta el año 2008 para conseguir los derechos de la obra.

Montserrat-Drukker tuvo en mente desde el principio quiénes serían los autores que interpretarían al náufrago y al propio Gabo. Àngel Llàcer, quien ha tenido que adelgazar doce kilos para el papel, se mete en la piel del primero, mientras que Emilio Gutiérrez Caba es el responsable de dar vida al autor. Entre ambos se establece un conmovedor relato en el que tienen cabida aspectos como la soledad del ser humano o la lucha por la supervivencia. Asimismo, también hay espacio para la reflexión sobre la propiedad intelectual de las historias: ¿deben pertenecer a quienes las viven o a quienes las cuentan?

Se suman al equipo de «Relato de un náufrago» Jon Berrondo (escenografía), Mireia Llatge (vestuario), Toni Santos (caracterización), Albert Faura (iluminación) y Francisco Grande y Enric Vinyeta (espacio sonoro).