Sinopsis
Tomás Gutiérrez Alea, Titón (La Habana, 1928-1996) fue un artista comprometido con la sociedad y su tiempo. Director de más de 20 películas, documentales y cortos, entre ellas «Historias de la revolución» (1960) o «Memorias del subdesarrollo» (1968), en sus últimos años realizó en colaboración con Juan Carlos Tabío «Fresa y Chocolate» (1993) y «Guantanamera» (1995). Mirtha Ibarra, esposa del desaparecido realizador, ha recopilado una serie de textos, dibujos e imágenes que ponen de relieve la vida creadora de este influyente cineasta cubano tan preocupado por la identidad cultural.
El libro incluye comentarios de Sydney Pollack, Carlos Saura y Julio García Espinosa para continuar con las correspondencias de Gutiérrez Alea, ordenadas de forma cronológica desde 1951 hasta 1996. Entre las cartas reunidas, que ocupan cerca de quinientas páginas, destacan las que envió y recibió de colegas de profesión como el propio Carlos Saura, Costa Gavras, Robert Redford o José Luis Borau, o a Carlos Fuentes y Juan Goytisolo, entre otros muchos.
El prologuista García Borrero explica que «una carta es la más fulminante de las maneras que ha encontrado el hombre para congelar por siempre el pasado; mucho más que una fotografía y que el propio cine, con todo y la ilusión de realidad tan perfecta que ostenta el último».
Tras las cartas, Mirtha Ibarra narra en un amplio capítulo la vida en común que compartió con el cineasta cubano que concluye con su situación actual: «Aquí estoy, sobrevivo acompañada de recuerdos, con su viva presencia en cada objeto, cada libro, cada música que escucho. Me acompaña, me critica, me aconseja. Cómplice de mi soledad. Me observa. Me hace dudar. Me pone a prueba cotidianamente frente a los tropiezos de mi existencia. Me induce a mirar el tiempo con benevolencia, sin sobresaltos. A no perder la capacidad de ser feliz pero, sobre todo, a no buscarle otro sentido a la vida, que no sea vivirla».