Sinopsis
José Luis Alonso de Santos (Valladolid, 1942) fue el dramaturgo que mejor supo expresar en sus obras la sociedad española durante la Transición. Más aún: se trata de uno de los autores de teatro que con más acierto ha expuesto la situación de la España última en cada uno de sus textos. Francisco Umbral lo calificó en uno de sus artículos como «cronista de ahora mismo”. ‘La Estanquera de Vallecas’ -1985- era la España de los triunfadores y de los marginados metida en un estanco, escrita con un lenguaje cheli convenientemente reelaborado para el teatro, y con la tragedia de cada personaje contada con humor y un fondo poético. Esta obra constituyó un éxito notable: fue llevada al cine, ha conocido numerosos reestrenos y el libro ha sido reeditado varias veces. Era, ya está dicho, la España de cuando entonces entre cajetillas de Ducados. Pocos años antes, el empresario teatral Conrado Blanco había afirmado en una entrevista: «Lo malo de Buero Vallejo es que sus funciones carecen de aliento poético”. Ese aliento poético, sin embargo, está en casi todas las obras de Alonso de Santos.
Este autor tiene previsto estrenar en breve «La semana cultural», obra en la que de nuevo en clave de comedia narra las corruptelas de los políticos del ámbito municipal, con sus ambiciones mediocres, su afán de enriquecerse y sobrevivir en el cargo, sus líos sentimentales, y su absoluto desapego hacia el bien publico. Este libro ha sido publicado por Ediciones Irreverentes y el lunes 5 de mayo tuvo una lectura dramatizada en la Casa del Libro de la calle Fuencarral de Madrid. El alcalde y el concejal de Cultura de un pueblo organizan lo que quieren que sea una gran semana cultural ante la proximidad de las elecciones municipales y la posibilidad de perderlas «y quedarse en el paro”. Idean traer a un Premio Nobel, pero finalmente llega el hermano del galardonado, un tipo que además se empeña en acostarse con la mujer del conserje del Ayuntamiento, un ex guardia civil armado con una pistola.
José Luis Alonso de Santos viene de la tradición teatral española -Mihura, Jardiel Poncela-, y también de Woody Allen, del que ha heredado algunos giros y cierta capacidad para que la obra flote sobre el oleaje de lo imposible hasta convertirse en creíble para el espectador. En «La semana cultural» hay un alcalde pillo y ambicioso, corrupto hasta donde puede, que se cree el más listo en su ego municipal y espeso, pero es incapaz de ver que lo engañan todos, incluida su mujer, «esa santa” -que él dice- pero en brazos del concejal de Cultura, edil, por otra parte, resentido porque «el partido” lo ha arrinconado en un pequeño pueblo.
Alonso de Santos, cronista de ahora mismo, sí. Salvo en «El álbum familiar» -rotundo éxito a principios de los 80-, obra onírica que gira alrededor del tiempo, y alguna otra excepción, todo el teatro de Alonso de Santos, tan conectado con los dramas de nuestros días, ha estado construido sobre el humor. A veces sobre un humor triste. Pero una buena comedia, como ha escrito alguien, siempre nos dice que a pesar de todas las dificultades que sabemos que pueden venir, la vida merece la pena vivirse.
