Rafael Álvarez «El Brujo» reflexiona sobre las protagonistas femeninas de la obra de shakesperiana
Desde 25 de enero hasta el 27, Teatro Municipal Miguel de Cervantes de Málaga presenta, dentro del XXIX festival de Tetro de Málaga, presenta «Las mujeres de Shakespeare», a cago de El Brujo Producciones, a cargo de textos de Harold Bloom, que protagoniza Rafael Álvarez «El Brujo», con Javier Alejano al violín.
Inspirándose en los textos Harold Bloom, Rafael Álvarez «El Brujo» se sube de nuevo al escenario con un montaje que analiza la figura y las emociones de las protagonistas femeninas de la obra de William Shakespeare. Así, descubre la luz y las respuestas de Rosalinda (Cómo gustéis), la fuerte personalidad de Catalina («La fierecilla domada») y Beatriz («Mucho ruido y pocas nueces») o el romanticismo de la eterna Julieta. Pero «Las mujeres de Shakespeare» no es sólo un repaso por todas ellas, es también una reflexión sobre un cambio de época y de paradigma en la sociedad.
«De Shakespeare se ha dicho todo. Pero como ya se sabe, Shakespeare se sale. Reserva siempre algún descubrimiento nuevo para el oído atento y curioso de sutilezas. En la exploración del sentido y el juego de su sonido, esta es mi primera comunión. He seguido el rastro de un pontífice de la «bardolatría”, tal vez uno de los pocos vivos todavía hoy. Un sabio que dedico su vida al estudio de la obra de Shakespeare; el crítico norteamericano Harold Bloom, autor de un libro imprescindible sobre el universo Shakespeare: «La invención de lo humano”, asegura Rafael Álvarez «El brujo».
«Yo quería hacer un espectáculo diferente, pero estando de vacaciones en el Caribe me salieron al paso las mujeres de Shakespeare», prosigue El Brjo. «Me prendé de Rosalinda (Cómo gustéis) de su ingenio triunfante, de su luz y de sus respuestas. De Catalina (La fiera domada), de Beatriz (Mucho ruido y pocas nueces”) y de Julieta, tan sublime que te hace sentir culpable de albergar cualquier sentimiento de ironía (por la edad, se entiende) o de escepticismo frente a la inocente plenitud absoluta del amor romántico. En fin, las amo. Y pienso que no es difícil amarlas si se las conoce. También amó Shakespeare la belleza oscura de su enigmática Dama de los sonetos. ¿Quién era? Desde el Caribe se agrandan los ecos de ese viejo misterio que, parece ser, convirtió a Shakespeare en una autoridad mundial en temas de cuernos. Pero el genio no tiene sexo. Shakespeare exploró la conciencia femenina a sabiendas de su mayor sabiduría, perspicacia y sentido de la realidad, frente al instinto elemental, básico y simplón del macho narcisista. En esta era de cambio de paradigma –y a ver si ya viene de verdad de una vez el cambio- esta reflexión es interesante. Patriarcal, ambivalente, homosexual, bisexual, feminista o femenino, Shakespeare no es fácil de atrapar. Con todas ellas –de las mujeres víctimas de tragedia, sólo Julieta las representa- espero jugar, gozar y reír en las fauces del fin de una época. Saludos a la que viene: Ellas».