La actriz y el ex director de la Filmoteca Española han recibido el reconocimiento en la Gala del Cine Español del Festival de Valladolid

La actriz Geraldine Chaplin y el ex director de la Filmoteca Española Chema Prado han recibido hoy el homenaje de la Semana Internacional de Cine de Valladolid por su contribución al cine español desde sus respectivos ámbitos, la interpretación y la conservación del patrimonio fílmico, respectivamente. El Festival ha concedido a ambos la Espiga de Honor, que han recogido durante la celebración de la Gala del Cine Español, en la que se proyectó la película «La madre», de Alberto Morais, dentro de la Sección Oficial a concurso.

La gala, conducida por Melina Matthews, arrancó con el homenaje a Chema Prado. El director de la Filmoteca de Catalunya, Esteve Riambau, leyó una carta enviada por el presidente de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos, Eric Leroy, en el que destacaba «el trabajo por el que Chema Prado es internacionalmente reconocido por su ética, aplicación y compromiso”. Riambau añadió que Prado y su equipo «han trazado un camino ejemplar, con una programación rigurosa y un trabajo muy serio de restauraciones y de investigación”.

Chema Prado estuvo arropado sobre el escenario del teatro Calderón por los directores de todas las filmotecas autonómicas y por parte del equipo con el que ha compartido trabajo durante casi 40 años en la Filmoteca Española. En nombre de todos ellos habló Alfonso del Amo, quien destacó, por encima de todo, que Chema Prado «nos dejó ser libres, nos dio la oportunidad de desarrollar libremente nuestro trabajo”.

Chema Prado, quien recibió la Espiga de Honor de manos del director Pere Portabella, reconoció sentirse «muy abrumado” por este reconocimiento, que quiso compartir con todas las perdonas sobre el escenario, de la que «he aprendido mucho, son unos profesionales muy capaces y con ellos hemos trabajado para hacer crecer la Filmoteca Española y hemos contribuido a dignificar el patrimonio fílmico, no siempre bien tratado por las administraciones”. El homenajeado quiso reivindicar a la Filmoteca Española como institución «y al resto de filmotecas y cinetecas, por ese esfuerzo tan grande que hacen por conservar el patrimonio”.

A continuación, pisaron el escenario la actriz Cristina Marcos, el director Patricio Castilla y la actriz Oona Chaplin para hacer entrega de la Espiga de Honor a Geraldine Chaplin. La primera compartió película con la homenajeada en «La isla interior», de Félix Sabroso y Dunia Ayaso, y las otras dos personas, marido e hija, comparten su vida. Marcos definió a Chaplin como «una atleta de la vida”, mientras su marido destacó de «Gerarda” su vitalidad y su capacidad para influir en la vida de cuántas personas tiene alrededor. Su hija dijo de ella que «es la persona más bella del mundo, es la que más me hace reír, la que más me conmueve y el ser más inteligente que he conocido”.

Geraldine Chaplin, con su habitual sentido del humor, bromeó sobre la dificultad del idioma español, aunque pronunció perfectamente el gentilicio «vallisoletano” porque «cuando vine a España, viví con una familia de Valladolid”. Antes de recibir la Espiga, se proyectaron sendos vídeos con los saludos de los directores Félix Sabroso y Juan Antonio Bayona, con los que ha tenido la oportunidad de trabajar en sus últimas películas.

Chaplin recibió la Espiga de Honor y, dirigiéndose directamente a ella, le dijo: «Eres bella, no te merezco, pero te llevo igual. Vas a venir a Suiza, te voy a llevar al monte, al lago, te voy a enseñar a todo el pueblo y le contaré a todo el mundo por qué estamos juntas”.

Anteriormente, Geraldine Chaplin tuvo un encuentro con el público en el que, entre otras cosas, habló sobre los papeles grandes, los pequeños o los personajes secundarios: «me gusta tanto trabajar que me da igual el papel que me den, después del terror haré de silla”, bromeaba Chaplin. Sobre los trabajos del cine, aseguraba que nunca ha querido dirigir, «pero me gusta mucho ser dirigida”, afirma. «Me gusta mucho ver películas pero en el cine. El problema es que el cine que a mí me gusta se ve poco y hay que ir a los festivales”, añadía.

Finalmente habló sobre su padre, que era «un hombre muy estricto en el trabajo y en casa, y muy sensible”. Contaba al público sobre su rutina, «se sentaba frente a una hoja en blanco hasta que le venía la musa, trabajaba de ocho a cinco”. En su casa solo veía películas suyas, «creíamos que eran las únicas que existían”, afirmaba Chaplin. Al principio no quería que sus hijos se dedicaran al cine, «pero cuando me vio en «Doctor Zhivago» me decía siempre que era lo mejor de la película”, concluía la actriz.