EL FILME DE MARGOS JORGE LOGRA LA ESPIGA DE ORO, EL PREMIO AL MEJOR NUEVO DIRECTOR Y EL DE MEJOR ACTOR PARA JOAO MIGUEL
La Espiga de Plata ha recaído en la coproducción hispano argentina «El frasco», de Alberto Lecchi, que logra además el premio del público, mientras que el Premio Especial del Jurado es para la española «Retorno a Hansala», de Chus Gutiérrez. El Premio Fipresci de la Crítica Internacional ha sido para «La ventana» del argentino Carlos Sorín.
El jurado, compuesto por los actores españoles Juanjo Puigcorbé y Cayetana Guillén Cuervo y el productor y director Gerardo Olivares, ganador de la Espiga de Oro en la pasada edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), así como la productora y guionista Beatriz de la Gándara; el director y productor marroquí Latif Lahlou, y el director, guionista y productor iraní Parviz Kimiavi, otorgó además el premio a la mejor actriz a Maria Heiskanen por su interpretación en «Los momentos eternos de María Larsson», producción danesa, finesa, noruega y sueca. El premio a la mejor Dirección de Fotografía recayó en Mischa Gavrjusjov y Jan Troell por «Los momentos eternos de María Larsson» mientras que el de la Mejor Música, constituido por primera vez en la 51 edición de la Seminci, fue para Kare Bjerko por la producción danesa «Terriblemente Feliz», dirigida por Henrik Ruben Genz, película que además se alzó con el premio al Mejor Guión, obra de Henrik Ruben Genz y Gry Dunja Jensen.
En la Sección Tiempo de Historia han triunfado, ex aequuo, «33 Días», de Mai Masri (Líbano) y «El corazón de Jenin», de Marcus Vetter y Leon Geller (Alemania). En esta Sección, el Premio Especial del Jurado ha sido para «Haroldo Conti, Homo Viator», de Miguel Mato (Argentina)
«Estómago» cuenta la historia de Raimundo Nonato que llega a la gran ciudad con la esperanza de conseguir una vida que le permita, en el mismo día, comer y cenar. Consigue trabajo en un bar y allí descubre su talento innato para la cocina y, con sus coxinhas, transforma el lugar en un local de éxito. Giovanni, dueño de un conocido restaurante italiano, intuye las dotes de cocinero de Nonato y cambia su vida al contratarlo como ayudante de cocina. Así se inicia para Nonato el descubrimiento de la cocina italiana, de las recetas, los sabores y, cómo no, del vino. La vida de Nonato cambia y empieza a afirmarse socialmente: una casa, ropa, nuevas relaciones y, sobre todo, el amor de una mujer, Iria, una prostituta de buen apetito, con la que establece un ancestral intercambio de sexo por comida.
Marcos Jorge, director de «Estómago», contaba que siempre le ha gustado combinar ingredientes tanto en la cocina como en el cine. Por ello, ha tratado de realizar una combinación de comedia italiana con raíces brasileñas, basándose en el humor con uno mismo como la mejor terapia.
El origen del film está relacionado con la persona antropófaga. Según dijo el propio director los brasileños tienen algo de esto, puesto que «comen” en el sentido de adoptar de otras culturas como la europea y la africana distintas costumbres, también apuntaba el otro significado de comer en brasileño que se entiende como hacer el amor.
La historia, que parte de un cuento de la escritora Luisa Silvestre, escritora y amiga del realizador, habla de la habilidad del protagonista cuando descubre su gran talento en la cocina, una destreza con la que conseguirá logros personales y profesionales. El director lo describía como un melodrama con toques de comedia y pinceladas de humor negro en el se habla de sexo, de gastronomía y de poder político.
Respecto a la selección de personajes, todo el reparto son actores brasileños pero ninguno muy conocido, porque según explicaba el director en Brasil los actores más populares son los de televisión, y no le gustaba la idea de filmar con demasiada presión mediática.
Marcos Jorge nos trasladaba el panorama brasileño con la prisión como el lugar más horroroso del país, un infierno. Opina que el país se encuentra en un momento de mejora, de desarrollo cultural y económico aunque denuncia la violencia como el mayor peligro en Brasil.
ESPIGA DE HONOR A CARMEN MAURA
En la gala de clausura la actriz Carmen Maura recibión una Espiga de Honor del Festival. Por la mañaña la actriz mantuvo un desayuno con los medios de comunicación. En el encuentro la actriz comentó detalles de sus comienzos, con 25 años, cuando decidió dedicarse a la interpretación y vivió muchos momentos de soledad hasta conseguir consagrarse en el cine. Hablaba también de las estrellas con las que desearía trabajar, como Woody Allen o Meryl Streep. Y añadió: «Hoy día un director ya no me apetece si a él no le apetezco yo”.
Destacó entre los mejores momentos de su carrera cuando el público acude a ver sus películas, o cuando surgen momentos de complicidad entre los compañeros del equipo. Otro de los encantos de su profesión que más le apasionan es cuando ha conseguido interpretar de tal forma que llega a sorprender al director o si consigue emocionar al técnico del rodaje y la felicita por la actuación. Lo peor del cine, relataba, no es nada, y lo mejor el haberse dedicado al cine, poruque le divierten mucho las cámaras.
Respecto al estricto contrato de confidencialidad firmado con Coppola, resaltó que para el rodaje tuvo que hablar en inglés, francés y español y que aún no conoce el resultado final del film. «Me llamó por telefóno a casa. Yo intentaba hablar poco porque dudaba de mi nivel de inglés y no quería que se diese cuenta». La actriz, que aún este viernes estuvo trabajando en la posproducción de «Tetro» junto a Coppola en los madrileños estudios de Cinearte, afirmó que nunca le ha seducido demasiado Hollywood: «No va a ser América las que como intérpretes nos va a hacer sentir que valemos, somos nosotros mismos”.
El trabajo en televisión no lo desprestigia en absoluto «puesto que hay mucha gente con mucho talento”, comentaba. Se considera una enamorada de Latinoamérica y considera Francia el país ideal para pasear sin ser reconocida. Sobre su interpretación durante su trayectoria en el mundo del cine explicó cómo cada etapa de la vida tiene su gracia y que lo bonito de todo ello es saber que existen edades diferentes y papeles que encarnar distintos.
Por último Maura que prepara una película con la directora de teatro Yasmina Reza y adelantó su deseo de volver al teatro aunque aún no haya dado con la obra ideal, la única exigencia, dijo «es que se trate de un proyecto en el que pueda hacer llorar pero también consiga hacer reír al público».