Regresa al Teatro de la Comedia de Madrid «El alcalde de Zalamea», el clásico de Calderón dirigido por Helena Pimienta y protagonizado por Carmelo Gómez

Hace más de un año, la Compañía Nacional de Teatro Clásico estrenaba en Madrid el clásico de Calderón de la Barca «El alcalde de Zalamea». desde entonces la obra ha recorrido festivales y se ha visto en Barcelona, Sevilla, Valecia, Zaragoza, Bilbao, Santander y Valladolid. Este 3 de enero ha regresado al escenario del madrileño Teatro de la Comedia con Carmelo Gómez como gran protagonista.

Carmelo Gómez regresa a las tablas con su último éxito, «El alcalde de Zalamea», con el que inauguró el 16 de octubre de 2015 la rehabilitada sede del CNTC. El actor se vuelve a meter en la piel de Pedro Crespo, que intenta salvar el honor de su hija ultrajada. La obra permanecerá en el escenario del Teatro de la Comedia de Madrid hasta el 29 de enero. Estamos ante uno de los textos más bellos y profundos del Siglo de Oro español. Es una obra sobre el amor porque el autor pone el acento en el desamor. Es una obra sobre la justicia porque predomina la injusticia. Lo es sobre el honor como sinónimo de fama, opinión, o como virtud imprescindible en un militar, en el ejército de un Estado, o como conciencia y dignidad personal, algo a lo que todo ser humano tiene derecho y, con demasiada frecuencia y demasiado pronto, hacen acto de presencia el deshonor, el abuso, el fingimiento.

La obra vuelve a estar dirigida por la directora de la CNTC, Helena Pimenta. Junto a Carmelo Gómez están en escena Nuria Gallardo, Joaquín Notario y Clara Sanchís, entre otros intérpretes. Carmelo Gómez siempre ha sentido querencia hacia el teatro. «Es el lugar donde siempre te puedes medir”, confiesa. Y él no ha dejado de medirse desde que en 1991 Miguel Narros le convirtiera en un inolvidable «caballero de Olmedo». después vinieron «Lope de Aguirre» y «A puerta cerrada».

La historia de «El alcalde de Zalamea» narra el drama vivido en la localidad extremeña de Zalamea de la Serena al pasar las tropas españolas con motivo de la guerra de Portugal. El capitán Don Álvaro de Ataide, de origen noble, es alojado en la casa del labrador rico de la localidad, Pedro Crespo, a cuya hermosa hija Isabel secuestra y ultraja. Habiendo perdido el honor y roto de dolor, Pedro Crespo busca venganza, pero en ese momento es elegido alcalde de Zalamea. Entonces se verá obligado a aplicar justicia al hombre que tanto daño hizo a su familia.

Según su directora, Helena Pimienta, «es difícil encontrar un texto dramático que posea escenas tan emocionantes y tan perfectas”. Así ha logrado la ovación de crítica y público.