«De Caperucita a Loba», dirigido por Chus Gutiérrez, es un largometraje ácido, divertido, con una visión femenina de las relaciones amorosas. Está basado en la exitosa obra de teatro homónima, que lleva conquistando al público desde hace seis temporadas. Ahora, salta a la gran pantalla bajo la dirección de la cineasta Chus Gutiérrez quien desde su ópera prima «Sublet», con la que conquistó el premio Revelación del CEC y la nominación al Goya como directora novel, ha filmado una docena de largometrajes como «Alma Gitana», «El Calentito» o «Retorno a Hansala», nominada a 3 goyas en diferentes categorías.

Con un elenco encabezado por Marta González de Vega, en su debut cinematográfico, y un reparto de grandes actores cómicos que la acompañan como Berto Romero, David Guapo, José Mota y el conocido intérprete peruano Marco Zunino encarnando a los principales hombres con los que la protagonista irá topándose en su camino. Junto a ellos, Martita de Graná y Melania Urbina se convertirán en las mejores amigas de la protagonista, mientras que Antonio Resines y Elena Irureta serán los resignados padres de la misma.

El largometraje cuenta en su haber con el guion de la misma Marta González de Vega, protagonista de la película, campo en el que su experiencia la avala siendo, junto a Santiago Segura, guionista de las últimas comedias con más aceptación del público de nuestro país: «Padre no hay más que uno» y «A todo Tren: Destino Asturias». La sinopsis cuenta que una loba es una caperucita que ha aprendido a reírse de si misma. Y ese es el mayor superpoder que existe porque cuando nos convertimos al humor no hay nada que pueda hacernos daño. Una historia que nos demuestra que todos somos patéticos en el amor pero que aprender a reírnos de ello, convierte automáticamente el drama en comedia. Y por lo tanto a Caperucita en loba. El proceso de conversión de Marta, nuestra protagonista, le llevará varios años y varios “tíos”, desde que decide convertirse en loba hasta que lo logra, porque tendrá que aprender que a la risa no se llega evitando el bosque del drama sino atravesándolo hasta el fondo. Sometiéndose al método del “ensayo-ostión”, pasará por un montón de situaciones patéticas hasta que aprenda a abandonar el autoengaño y a enfrentar la realidad, descubriendo que del drama brota la risa y de la risa brota… el poder.

«De Caperucita a Loba» está siendo producida e impulsada por Alvaro Ariza con su empresa Esto también pasará y con De Caperucita a Loba AIE en coproducción con Bowfinger Int. Pictures, Glow y Tondero. Con la participación del ICAA y PRIME VIDEO y con la distribución nacional e internacional de A contracorriente Films y Latido respectivamente. Llevando la producción ejecutiva de la misma Mª Luisa Gutiérrez Gómez, socia de de Bowfinger.

Para su rodaje en Madrid, «De Caperucita a Loba» ha cortado la Gran Vía madrileña, algo que el cine ha logrado en muy contadas ocasiones y gracias a la colaboración y el apoyo del Ayuntamiento de Madrid, para… ¡¡¡llenarla de unicornios!!!! Los unicornios que acompañan a Marta, la protagonista de la historia, cada vez que cree haber encontrado el amor… (O algo que se le parece)

“Muchas veces el cine, las canciones y la literatura nos cuentan que el amor tiene que ver con sufrir, con penas y conflictos. Sin embargo yo creo que el amor debería ser un lugar de disfrute y de alegría. Por eso me lancé encantada a rodar De Caperucita a Loba, porque me encanta la idea de demostrar que todas las caperucitas llevan una loba dentro. Sólo hace falta permitirse disfrutar…” comenta Chus Gutiérrez, directora de la película.

En palabras de Marta González de Vega, protagonista y guionista “De Caperucita a Loba» es «un concienzudo estudio de campo en el mundo de las relaciones basado en el conocido método del ensayo-hostión, que nos demostrará que la risa es la única forma de sobrevivir al patetismo en que nos coloca el amor, tanto a hombres como a mujeres. Porque todos somos igual de patéticos cuando nos enamoramos, y convertirnos al humor es nuestra única salvación. En el amor triunfa el que aplica esta máxima: el que ríe el último… ha perdido un tiempo precioso”.