LA ESPAÑOLA «HANDIA» CONSIGUE EL PREMIO ESPECIAL DEL JURADO Y LA ARGENTINA «ALANIS» LAS CONCHAS DE PLATA A LA ACTRIZ Y DIRECTOR

Ha sido una de las ediciones más flojas del Festival de San Sebastián. Al finael, el juraso, presidido por el actor y director John Malkovich ha repartido los galardones. La Cocha de Oro ha sido para la estadounidense «The disaster artists’, dirogiga y protagonizada por James Franco, una película que fue silbada en su pase para la prensa especializada.

La meritoria «Handía», de los directores de «Loreak», Aitor Arregi y Jon Garaño logra el Premio Especial del Jurado, y la argentina «Alanis», de Anahí Berneri ha sido galardonada con las Conchas de Plara a la mejor directora y a la mejor actriz (Sofía Gala). El actor Bogdan Dumitrache logra la Concha de lata al Mejor Actor por la coproducción franco rumana «Pororoca». El Premio a la mejor fotografía es para «Der Hauptmann», una coproducción en blanco y negro entre Alemania, Framcia y Polonia, que se sitúa en los últimos días de la II duerra Mundial, y el premio al mejor guón va a parar a otra producción argentina, «Una especie de familia» (coproduccida con Brasil, polonia y Francia) que protafoniza la española Bárbara Lennie.

«The Disaster Artists» narra la historia real de la peor película de la historia del cine, «La habitación», que el tiempo ha convertido en un filme de culto. Narra lo que fue el rodaje de aquel filme, escrito, dirigido y protagonizado por Tommy Wiseau, una serie de despropósicos en donde todo lo que era susceptible de empeorar, lo hacía. Una Cocha de Oro extravagantem que no estaba en ninguna quiniela, y que no pasará a la histota del Festival, pese a la major de Hollywood que tiene detrás.

«Handia» es un cuento ambientado en la Euskadi del siglo XIX, sobre un hombre de enorme estatura, un gigante considerado el hombre más alto del mundo en su época. Manejado por su hermano, recorre publos y ciudades de europa convertido en una atracción de feria.

Llama la atención la ausencia del palmarés la ausencia de algunos títulos al que todo el mundo daba por estar imcluído en él, como «El autor», de Manuel Marín Cuenca», «La vida y nada más», de de Antonio Néndez Esparza, o «El dolor», del francés Emmanuel Finkiel, basado en las memottias Marguerotre Duras.