La comedia «Entre ella y yo” se representa en el teatro Marquina de Madrid, protagonizada por unos excelentes Melani Olivares y Carlos Chamarro

Melani Olivares y Carlos Chamarro son dos caras conocidas por su aparición en series televisivas, pero ambos tienen una amplia trayectoria como actores de teatro. Y demuestran su capacidad y sus múltiples registros en «Entre ella y yo”, la comedia recién estrenada en el teatro Marquina de Madrid.

La trama de «Entre ella y yo” gira en torno a las dudas de dos personas en el límite de la edad –sobre todo ella- para tener hijos, sobre los beneficios y perjuicios de la paternidad. Valeria (Melani Olivares) se hace el test del embarazo y aguarda los cinco minutos hasta conocer el resultado junto a su marido, Diego (Carlos Chamarro). Los dos muy nerviosos, impacientes, indecisos. La historia se desarrolla en esos escasos pero interminables cinco minutos, aunque la función dura realmente algo más de una hora, porque está formada por flashback inversos, es decir, por saltos al futuro de los dos protagonistas, que imaginan cómo será su vida con un hijo al lado. Diego se dice a sí mismo: «Yo he nacido para ser hijo, no para ser padre”. Y va más lejos: «Un hijo es un ser que te chupa la energía”. Y Valeria se pregunta: «¿Qué es ser una buena madre?”. El texto, del dramaturgo argentino Pablo Mir, está lleno de ocurrencias, de giros, de ritmo, de humor. Y también hay frases para la reflexión: «Uno nunca está seguro de nada; eso es vivir”. O bien: «Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”. Aunque hay momentos en los que los diálogos descienden a lo vulgar, incluso rozan innecesariamente lo grosero.

Carlos Chamarro conduce su personaje hacia el humor, apoyado en su indiscutible vis cómica. Melani Olivares, sin embargo, opta por llevar a Valeria hacia lo dramático. Resulta magnífico el cuadro en el que se reencuentra con su madre, que falleció cuando Valeria sólo tenía 20 años, y la mujer le habla y le da consejos desde el Más Allá, donde, por otra parte, lo está pasando maravillosamente en compañía de personajes como John Lennon, por ejemplo. Valeria viene a significar en la obra el sentido de la responsabilidad, y Diego es el caos. De todos modos, cualquier espectador se puede ver reflejado en algún pasaje de la función. Dice el programa: «Hoy más que nunca, con los índices de natalidad más bajos de las últimas décadas en España, la decisión de ser padres es cada vez más meditada”. Y la obra parece plantear la duda que lanza estos días el spot publicitario del sorteo de la Once del próximo 19 de marzo: «¿Ser padre compensa?”. Magníficos, ya está dicho, Melani Olivares y Carlos Chamarro.