El jurado ha destacado a Molina «como referente de varias generaciones de cineastas presentes y futuras subsanando una deuda histórica con su carrera”

El Premio Nacional de la Cinematografía 2019 se ha otorgado a la directora de cine, guionista y directora teatral Josefina Molina. En su fallo, el jurado ha querido reconocer a esta pionera del cine español «como referente de varias generaciones de cineastas presentes y futuras subsanando una deuda histórica con su carrera. Su mirada libre y sin prejuicio ha sido esencial para comprender la situación de la mujer en los años de la Transición y la consolidación de la democracia».

El jurado del premio que concede el ICAA y que está dotado con 30.000 euros, también ha destacado que Molina «abordó de manera valiente la vanguardia, la autoficción y el clasicismo en su obra. Cineasta y maestra de cineastas, su labor demuestra un empeño personal porque haya una mayor representación de mujeres en la industria cinematográfica”. El jurado ha estado presidido por Beatriz Navas, directora general del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, y Jaime Alejandre, subdirector general de Promoción y Relaciones Internacionales del ICAA, ha actuado como vicepresidente. Como vocales han estado presentes Azucena Rodríguez, por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España; Ángela Armero, por Autores Literarios de Medios Audiovisuales; Pedro Casablanc, por la Unión de Actores y Actrices; y Nieves Maroto, por la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA). A propuesta del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales han asistido Cristina Zumárraga, Diego San José y Miguel Fernández-Rodriguez. Ha actuado también como vocal la galardonada el año pasado, Esther García.

Directora de cine, guionista, realizadora de televisión y directora teatral, Molina, nacida en Córdoba en pleno 1936, fue la primera mujer en obtener el título de Dirección en la Escuela Oficial de Cinematografía. A partir de ahí simultaneó trabajos en cine y televisión, medio en el que ha trabajado en numerosas producciones como «El camino», «Entre naranjos», y «Teresa de Jesús».

En su opera prima, «Vera, un cuento cruel» (1973), se lanzó de lleno al género fantástico y contó con la participación de Fernando Fernán Gómez, Julieta Serrano y Alfredo Mayo, entre otros. Fue en 1981 con la transgresora «Función de noche» cuando alcanzó su cénit profesional. Esta cinta fue una exploración del mundo de la pareja a través de la relación de dos actores: Lola Herrera y Daniel Dicenta que, por entonces, llevaban separados quince años. En palabras de Lola Herrera, «fue un experimento por el que ahora siento ternura. Josefina Molina y José Sámano, productor, me parieron de nuevo al permitirme encontrar respuestas a preguntas que para mí eran una necesidad y me estaban machacando”.

En 1989 llevó al cine «Esquilache», basada en «Un soñador para un pueblo», de Antonio Buero Vallejo; y en 1991 dirigió a Charo López y Miguel Bosé en la comedia crítica «Lo más natural». Su último largometraje para la gran pantalla fue «La Lola se va a los puertos» que, basada en la obra de Antonio y Manuel Machado, reunió bajo los focos a Paco Rabal y Rocío Jurado. Su filmografía incluye también cuatro cortometrajes: «La otra soledad» (1966), «Aquel humo gris» (1967), «Melodrama infernal» (1967), y «La rama seca» (1972).

Goya de Honor 2012, Premio Toda una Vida de la Academia de la Televisión y Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2006, Josefina Molina, fundó con Isabel Coixet e Icíar Bollaín, la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), de la que fue presidenta de honor.

Molina, que también ha dirigido teatro, alcanzando un gran éxito de público con la laureada «Cinco horas con Mario», monólogo sobre el texto de la novela de Delibes interpretado por Lola Herrera, que precisamente daría lugar a la citada «Función de noche», también es académica de número por la sección de Nuevas Artes de la Imagen de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.