Las relaciones entre la madre y las hijas que tuvo con Bruce se deterioran

Le siguen gustando los «comeyogures» a la cincuentona twittera, pero ahora Demi Moore ha ido muy lejos. A su hija «fea» Rumer (enorme mandíbula, el peor gusto en el vestir y de 24 años) le ha robado a su novio, Vito Schnabel, un marchante de arte de 26 años e hijo el pintor Julián, antaño cuasi dueño del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

Claro que Schnabel sr., de 61 años, sale ahora, después de la esposa donostiarra, con un bollycao de 30. La nueva pareja estuvo exhibiendo su «amor» por los lugares de moda de Los Angeles, no sea que no se entere la prensa. Las relaciones entre madre e hija han empeorado.

La nueva pareja se conoció el pasado noviembre cuando acudieron a una fiesta de cumpleaños en la India y bailaron agitadamente. Vito va a celebrar hoy una fiesta anual Dom Perignon en Miami este 6 de diciembre. Las otras dos Willis, Scout (21 años) y Tallulah, de 18, freccuentan al prometedor joven. La fuente de todo este chascarrillo es la revista People. Las relaciones con las tres Willis y mamá se deterioraron cuando a Demi se le cayeron los tornillos tras el divorcio express de Ashton Kutcher, su tercer marido (del que planea escribir un libro), y el actual romance con la bellísima Mila Kunis («El cisne negro»).
Se rumorea que las amistades de Rumer filtraron este cotilleo a People. Ahora bien, papá Willis, de 54 tacos, se ha casado con una belleza de 30, la modelo Emma Hemming, con la que ha erigido otra niña. Así que la diferencia de edad entre Moore y el joven es la misma. El abismo se profundiza.