Una película española de animación, «El sueño de la sultana», de Isabel Herguera, y una historia estadounidense generacional, «Ex maridos», de Noah Pritzker han levantado la competición del 71 Festival Internacional de Cine de San Sebastián. «El sueño de la sultana» supone el debut en el largomentraje de la directora de animación donostiarra Isabel Hergura. Es una fábula feminista que se basa en un cuento de ciencia ficción indú publicado en 1905 por la escritora y activista bengalí Begum Rokeya: Inés emprende un viaje iniciático por India en búsqueda de Ladyland, la utópica tierra de las mujeres, un lugar donde ellas manejan el poder, mientras los hombres están encerrados en casa, limitados por su ignorancia. Pero también refleja capítulos de la vida «tan interesante» de Rokeya en un guion que Herguera ha trabajado junto con el escritor y compositor italiano Gianmarco Serra. Película muy original, de una belleza plástica compuesta de texturas muy diferentes, y con una lectura clara. La animación cuenta con tres técnicas diferentes: la del tatuaje temporal, el teatro de sombras y la acuarela. Herguera ha contado que sintió un flechazo en cuanto se topó con un ejemplar de casualidad mientras se resguardaba de la lluvia en una galería de arte de Nueva Delhi en 2012: “Me fijé en la contraportada y, sin haber leído el interior, tuve claro que era una idea maravillosa y sabía que quería hacer una película”. La película, cuyo estreno en salas comerciales se espera para el 17 de noviembre.

«Ex-maridos», es una historia generacional, pero de tres generaciones diferentes. Está protagonizada por Griffin Dunne, James Norton, Miles Heizer, Rosanna Arquette y Eisa Davis. A mitad de camino entre el humor y la reflexión amarga, cuenta como los padres de Peter se divorciaron tras 65 años juntos; su mujer le abandonó después de 35 y sus hijos, Nick y Mickey, tienen su propia vida. Cuando Peter vuela a Tulum, en México, y se cuela en la despedida de soltero de Nick organizada por su hermano Mickey, se da cuenta de que no es el único en crisis. El director Noah Pritzker firma una película con identidad que narra distintas crisis vitales en hombres a través de las generaciones. En la rueda de prensa tras la proyección ha declarado que le salió «una historia más tierna de lo esperado». Con parte importante del equipo ha presentado hoy el filme en el Zinemaldia ha explicado que están todos en Donostia gracias a que es «un pequeño filme independiente sin distribución» y que obtuvieron el permiso correspondiente del sindicato porque aún continúa la huelga de guionista y actores en Hollywood.

Se trata de una película sobre los hombres y el peso principal gira alrededor de la relación entre un padre ya maduro y sus dos hijos en un momento de intenso cambio para los tres: «También hay soledad en la película y envejecimiento«, ha añadido Pritzker, quién ha reconocido que de la vida de uno, su familia y amigos, salen las historias que luego se cuentan. «Pero luego funcionan por sí mismas», ha explicado, parodiando la posibilidad de que su familia estuviera en la sala. De hecho ha narrado que la idea surgió porque su hermano organizó una despedida de soltero y el padre de ambos sugirió la posibilidad de acudir. Aunque no lo hizo. Pritzker se ha mostrado encantado de haber podido contar con Griffin Dunne para el papel del padre. Y ha valorado mucho que su experiencia como productor facilitara las cosas durante el rodaje y animara al equipo actoral, que antes del trabajo pasó días de ocio en México «viendo si funcionaba como familia». Por su parte Dunne llegó a pensar que el papel estaba escrito para él. «Me encantó el guión. Es un personaje divertido, complejo, interesante. Encontrar algo así a mi edad es raro y ha sido una gozada».

Interesante también ha sido «All Dirt Roads Raste of Sant», una película casi sin diálogos, interpretada por actores negros que supone el debut en el largometraje de la galardonada poetisa, fotógrafa y cineasta Raven Jackson. La película es una exploración lírica que abarca varias décadas de la vida de una mujer en Mississippi, un retrato inquietante con multitud de capas y una hermosa oda a las generaciones de personas y lugares que nos dan forma. «Me interesaba hacer una película que fuera un tributo a las personas que quiero, y esta era muy específica, sobre mujeres negras a las que necesitaba dar espacio, a la vez que invitar (al público) a la intimidad de estos personajes», ha dicho Jackson en una rueda de prensa.