La Academia de Cine entrega los Premios Muñoz Suay 2014 y 2015 al hispanista Ian Gibson y al historiador Rafael Nieto

Los autores de «Luis Buñuel. La forja de un cineasta universal» y «Juan de Orduña. Cincuenta años de cine español», el hispanista Ian Gibson y el historiador Rafael Nieto, han recibido este martes 28 el Premio Muñoz Suay 2014 y 2015 que otorga la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de España.

Dar luz a su vida y a su obra. El hispanista Ian Gibson y el historiador Rafael Nieto concibieron hace años sus libros con el propósito de conocer mejor a dos hombres clave en nuestra cinematografía: Luis Buñuel y Juan de Orduña, cineastas a los que recordaron en el acto de entrega del Premio Muñoz Suay 2014 y 2015, conducido por el director general de la Academia, Porfirio Enríquez. Rodeados de académicos, amigos y familiares, los autores de las obras galardonadas reivindicaron la importancia de este premio «simbólico” que recogieron en la ‘casa del cine’ bautizado con el nombre del productor, escritor cinematográfico y activista cultural antifranquista valenciano Ricardo Muñoz Suay.

Haciendo gala de su buen humor y acompañado por su hija Tracey, Ian Gibson hizo una excepción y se puso una prenda «que nunca llevo”, corbata. «Ahora que la cultura está por los suelos, es un regocijo y una satisfacción recoger el Muñoz Suay, que me ayudó en una de las investigaciones que hice en Valencia sobre Lorca. Era un señor fascinante”, comentó el reconocido hispanista, que reconoció que en los 7 años de trabajo «intensísimo” que le ha supuesto «Luis Buñuel. La forja de un cineasta universal» no partió de cero. Recordó a sus predecesores en la investigaciónn sobre el cineasta aragonés: José Francisco Aranda, Agustín Sánchez Vidal, Román Gubern, Javier Ferrer… «Estoy en deuda con muchísima gente, también con la familia de Buñuel”, apostilló Gibson, que desveló su método de trabajo. «El biógrafo debe leer casi todo lo que se ha escrito antes, después hacer su propia investigación y luego utilizar una narrativa amena. Si haces una losa, no vale”.

Un buen índice onomástico es fundamental para Gibson, que estaba feliz por el premio y porque su obra se publica el próximo mes en México. Fascinado con la personalidad del genio de Calanda, «un cineasta irrepetible”, el hispanista destacó que las autobiografías «nunca son fiables. En las memorias de Buñuel hay muchos silencios, por eso hacen falta biógrafos que corrijan y busquen datos al cuento”.

Como en España no hay tradición de biógrafos, su solución –siempre que a su mujer le toque la lotería– es crear una Academia de la Biografía. Por el momento, se da por satisfecho si su obra contribuye a conocer un poco más al director que mejor filmó escenas oníricas. Palabra de Fellini.

Rafael Nieto se ahorró el trabajo de leer sobre el cine de Orduña. No existían trabajos previos, así que se puso manos a la obra y durante cinco años revisó en profundidad «su importancia histórica y la riqueza de sus películas”. Aseguró haberse llevado sorpresas en su investigación sobre una etapa de nuestro cine «todavía por describir y descubrir en todas sus dimensiones”. No olvidó citar a Luis Fernández Colorado, su director de tesis, a Lourdes de Orduña y a Fortunato Bernal, «sin su ayuda, «Juan de Orduña. Cincuenta años de cine español» no hubiera sido posible”.

La única «recompensa” que esperaba Nieto era que su trabajo fuera publicado. «Por eso este premio me satisface especialmente porque da a conocer un poco más la riqueza de nuestro cine, maltratado con demasiada frecuencia por gente que, me temo, ignoran el auténtico valor de nuestro patrimonio cinematográfico”.