«High-Rise”, una controvertida adaptación de la novela de J.C. Ballard a cargo del británico Ben Wheatley

Sigue sin aparecer una gran película en la competición del 63 Festival de San Sebastián tras las tres cintas del martes: «El chico y la bestia”, una película de animación manga japonesa deMamoru Hoseda, «High Rise”, del británico Ben Weatley y la hispano uruguaya «El apóstata” de Federico Veiroj.

Últimamente está de moda programar en la competición de los grandes festivales internacionales una película de animación. Claro que no es lo mismo poner una cinta de los magos de Pixar (como hacen en Cannes) que un manga japonés, como en este caso. «El chico y la bestia” viene firmada por Mamoru Hosada, autor de las dos primeras entregas de la franquicia «Digimon Adventure” y creador en 2011 de Studio Chizu, su propia empresa de animación. Como es habitual en los mangad «El chico y la bestia” se mueve por universos fantásticos paralelos. Kyuta es un niño solitario de Tokio que se ha escapado de casa y Kumetetsu una criatura sobrenatural aislada en un mundo imaginario. Kyuta cruzará la frontera al otro universo y entabla amistad con Kumatetsu, convirtiéndose en su amigo. Este encuentro les llevará a una serie de aventuras fantásticas hasta que Kyuta pueda regresar a su mundo. Se trata de una película que gustará a los amantes de la animación nipona y que aburrirá al resto. A diferencia de otras películas del género, aquí prima la acción sobre la poesía. Sus 119 minutos pesan como una losa aunque al final ha sido discretamente aplaudida.

«High-Rise” está basada en la novela homónima de J. C.Ballard. La película la dirige Ben Wheatley («Turistas”) y la protagonizan Tom Hiddleston, Sienna Miller (que ha revantado pasiones en Donosti), Jeremy Irons y Luke Evans. La acción se desarrolla en el interior de un ultramoderno rascacielos, a uno de sus apartamentos se traslada un doctor en busca de un impersonal anonimato. Sin embargo pronto descubrirá que los residentes del edificio no tienen intención de dejarle tranquilo. Mientras trata de conservar sus buenos modales verá como todo se descompone a su alrededor, el edificio comienza a tener pequeños fallos (los ascensores, la luz…) y los residentes comienzan a sacar lo peor de si mismos, Se trata de una película próxima al fantástico, que muestra el microcosmos del rascacielos y sus peculiares habitantes como un sinónimo de la sociedad, en donde todos se acabarán destruyendo unos a otros mostrando sus más bajos instintos. Es una película incómoda, de esas que el espectador se revuelve en su butaca, a la que no hay que buscarle una lógica, ya que la trama se mueve progresivamente por el terreno de lo fantástico. Según ha contado Wheatley «es una película anticapilalista”, aunque cuesta encontra el mensaje, porque los habitantes del rascacielos están al margen del tiempo (cuesta reconocer que se desarrolla en la actualidad) y del espacio, ya que no se ubica en ninguna ciudad determinada.

La tercera película en competición es la decepcionante hispano uruguaya «El apóstata”, dirigida por el cineasta hispano uruguayo Federico Veiroj (Montevideo, 1976), director de «Acné” y «La vida útil”, y protagonizada por Álvaro Ogalla (actor no profesional cuya historia ha inspirado el filme), Marta Larralde, Bárbara Lennie, Juan Calot, Andrés Gertrudix y Joaquín Climent, que se desarrolla en Madrid. La película cuenta la historia kafkiana de un joven treintañero que desea apostatar de la fe católica y que la Iglesia le borre de sus registros de bautizados. Al tiempo, prosigue su vida cotidiana intentando reparar las cicatrices que la vida le ha provocado. Durante este proceso de búsqueda y cuestionamiento se colarán la vieja e intermitente relación que mantiene con una prima, los recuerdos del despertar sexual, algunos pecados de niño cruel, el vínculo con una espiritualidad forastera, sus dificultades para seguir el camino paterno como un trabajador estable, la posibilidad de un cambio, las promesas y las mieles de una madurez nueva. Se trata de una película a la que le falta humor y un poco de mala leche. Todo resulta demasiado anodino. La respuesta de los espectadores ha sido bastante indiferente.

Ante las pocas expectativas de la competición, las mayores expectativas del martes estaban en «Irrational man”, la nueva película de Woody Allen, que se ha pasado en la sección Perlas. Con Joaquin Phoenix y Emma Stone como protagonistas (ni director ni actores han pasado por el Festival), es una película menor de Woody Allen, más próxima al drama que a la comedia, que firma una historia sobre un profesor de filosofía atormentado y quisquilloso que recupera las ganas y la voluntad de vivir cuando comete un acto existencial. Se trata de una de las «comedias” (así, entrecomillado) más serias de Woody Allen, con crimen incluido, que la empareja con «Match Point”. En cualquier caso, ante lo flojo de la competición ha sido lo mejor del día, con un Allen próximo a cumplir 80 años, que sigue dando lecciones de cine a tantos jovencitos con ínfulas de epatar.