“Kvetch”, del dramaturgo y actor inglés Steven Berkoff, “es una comedia dedicada a todos los que tienen miedo”, afirma una voz en off al inicio de la función en el teatro Alfil de Madrid. Efectivamente, Hal, Frank y Donna, los tres personajes principales –la abuela ocupa un segundo plano- están llenos de temores, de inseguridad, de timidez. De ansiedad. “Seguro que me encuentran aburrido”, piensa obsesivamente Hal. Su amigo Frank lo ha invitado improvisadamente a comer ese día en su casa. Frank también teme que el almuerzo resulte un fracaso, que no guste el chiste al que da vueltas y vueltas en su mente para poner colofón al encuentro. Y Donna se halla aburridísima de su marido Frank, harta de sus exigencias, agotada de su vida gris de ama de casa, y ese día llega a coquetear descaradamente con Hal. Todos se atormentan por la idea de no gustar. Y a cada uno le parece decididamente mejor la vida de los demás. Lo escribió Francisco Umbral: “Al español siempre le parece más guapa la mujer del otro”.

Los personajes viven atormentados, pues, por alcanzar la empatía social (al contrario que las compañías eléctricas con las que brega la ministra Teresa Ribera). “Kvetch” se desarrolla en dos planos. Uno, el diálogo entre los personajes. El otro, lo que piensa en un momento determinado cada personaje. En ese instante los demás quedan inmovilizados sobre el escenario, como en una fotografía, y sólo escuchamos lo que dice –el pensamiento- del personaje en cuestión. Hal tiene un largo y cómico monólogo interior sobre la necesidad de devolver la gentileza a sus amigos invitándoles a comer otro día a su casa. Da mil vueltas a cómo debe preparar el almuerzo. Finalmente no llega a ninguna conclusión. “¡Oh Dios, para esto me has insuflado la vida, para decidir si cenamos en el salón o en la cocina!”, se lamenta. Hal se ha separado recientemente. Vive en absoluta soledad, añorando a su exmujer. Donna insiste en una pregunta: “¿Qué haces por la noche?”. Hal no encuentra respuesta. Frank, sin embargo, lo imagina soltero, en libertad, rodeado de amigas hermosas. Lo envidia. Y la abuela allí, con las flatulencias…

Esta función exige una interpretación de altura. Y la tiene. Con Ángel Enrique, Carlos López, Inma Escuredo y Patricia González. Steven Berkoff, el autor, que fue como intérprete el villano en películas de James Bond y Rambo, ha escrito un texto lleno de dinamita, risueñamente amargo, protagonizado por los miedos cotidianos, que son los verdaderamente terribles. Una notable comedia en el Alfil.