El jurado ha destacado el «compromiso y vocación sostenida» de la actriz durante más de 60 años

La actriz barcelonesa Julieta Serrano (Barcelona,1933) ha sido galardonada con el Premio Nacional de Teatro 2018 que concede el Ministerio de Cultura, por ser «ejemplo de una vocación sostenida» en su carrera de más de 60 años. El fallo del jurado ha destacado que Serrano ha llevado a cabo «una incansable búsqueda artística e intelectual» y ha destacado su «compromiso y generosidad en el trabajo, cercanía y su incalculable talento interpretativo».

En concreto, el jurado ha concedido este galardón a Serrano por su participación en «Ricard III» (Teatro Nacional de Cataluña) y «Dentro de la tierra» (Centro Dramático Nacional). La actriz ha recibido el premio con «sorpresa y alegría» y ha asegurado que el galardón les sirve de «estímulo» porque ya estaba meditando la idea de irse a su «casita y a pasear». Serrano considera que el Premio Nacional de Teatro es un «broche» a sus 61 años de carrera aunque ha precisado que no esperaba el galardón porque «hay cantidad de personas que se lo merecen tanto como yo».

A lo largo de su trayectoria, Julieta Serrano ha protagonizado más de una treintena de obras de Shakespeare, Lope de Vega, Valle-Inclán y García Lorca, entre otros, y ha creado su propia compañía teatral con la que realizó montajes como «La profesión de la señora Warren», de Bernard Shaw. Asimismo, participó en clásicos como «Medea» y «Electra» en el festival de Mérida. Julieta Serrano ha trabajado con destacados nombres de la escena contemporánea como Eduardo Vasco, José Carlos Plaza, Gerardo Vera, Calixto Bieito, Natalia Menéndez y Sergi Belbel.

«Cuando cumplí los 65 pensé que ahí se paraba todo pero no, he tenido la suerte de interpretar cosas maravillosas”. Son palabras de la incombustible actriz barcelonesa Julieta Serrano, que no ha parado de trabajar en una trayectoria en la que ha encarnado papeles inolvidables y carismáticos, muchas veces de imprescindible secundaria. La intérprete ha compaginado cine, televisión y teatro pero no se ha bajado de las tablas desde que arrancó en los años 50 en la compañía de José Luis Tamayo y ha interpretado hasta tres veces «La casa de Bernarda Alba», de Lorca.

Decana de la escena española aunque se jubiló hace veinte años, la actriz ha plasmado su energía, sin ir más lejos, abriendo la temporada del Centro Dramático Nacional con «Dentro de la tierra», un montaje en el que encarnaba a una excéntrica curandera.

Con 13 años comenzó a ir a clases de teatro en el desván del Liceo en Poble Sec. Allí también acudía la brillante hija de unos obreros, Núria Espert. Tiempo después, su amiga la llamaría para que protagonizase junto a ella «Las criadas», a las ordenes del argentino Víctor García, una especie de Andy Warhol teatral. El montaje, estrenado en 1970, fue un escándalo mayúsculo y el mismísimo Fraga prohibió el espectáculo.

Julieta siempre tuvo que mostrar gran determinación para dedicarse a su vocación a la que se oponían sus padres, que creían que su hija, que era una gran tímida, no sobreviviría en ese mundillo con mala fama. «Entonces, nos consideraban unas frescas. Ahora me da la risa, entonces ni pizca», declaraba la intérprete de 85 años.

Tras su paso por el templo del teatro catalán, Julieta entró a formar parte de la compañía de José Tamayo Rivas, donde afianzó su dedicación a las tablas, a las que lleva consagradas la mayor parte de su vida. Su primer estreno en la capital fue «La rosa tatuada», de Tenessee Williams, bajo la dirección de Miguel Narros. Y partir de ese momento la catalana no se ha alejado nunca de la interpretación.

En su carrera en el cine cuenta con más de 50 largometrajes en su haber y más de cinco colaboraciones con Pedro Almodóvar, del que es una de sus actrices fetiches y con el que se encuentra rodando «Dolor y gloria», su última película. Esta «chica Almodóvar» también ha participado en «Mujeres al borde de un ataque de nervios» y en «Entre tinieblas». Serrano siempre ha manifestado que este es su filme favorito del manchego donde encarnaba a una madre superiora, heroinómana y lesbiana.

Serrano fue la primera galardonada con la Biznaga de Plata del Festival de Málaga (2015) y ha recibido, entre otros reconocimientos, el Premio Toda una vida de la Unión de Actores (2013), el Premio Sant Jordi A toda la carrera (2012) y sendos Max por su trabajo en «La casa de Bernarda Alba» y «Divinas Palabras».