Fundador de los laboratorios ISKRA, este artesano restaura películas antiguas y contemporáneas

El fundador de Iskra, empresa dedicada a la producción de trucos cinematográficos y a la recuperación de nuestro patrimonio fílmico, Juan José Mendy Igoa, es el destinatario del Premio Segundo de Chomón 2013, galardón que la Academia de Cine concede cada año a empresas o personas cuyas aportaciones técnicas contribuyen al desarrollo de la industria cinematográfica.

El premio, que se entregará el próximo 17 de abril, en la sede de la institución en Madrid, ha recaído en esta edición en este artesano uruguayo «por su labor en la restauración, recuperación y difusión del patrimonio fílmico en España”, según el fallo de la junta directiva de esta casa.
El reconocimiento ha hecho «muchísima ilusión” a Mendy, que se lo dedica a su equipo –formado por cuatro personas– «y a las Filmotecas que nos encargan los trabajos”, dice este asiduo colaborador de casi todos los archivos fílmicos de nuestro país.
Hablar de recuperación del patrimonio del celuloide en España es hablar de Mendy y de Iskra, compañía que creó en 1974. «Han cambiado mucho las cosas. Gracias a los medios técnicos que tenemos, ahora es mucho más fácil nuestra labor. Antes no teníamos ni conocimiento ni capacidad”, apostilla este veterano profesional que ha restaurado más de 200 películas, entre las que figura «El espíritu de la colmena». «Fue la más complicada porque el negativo estaba destrozado. Además, es una obra de arte y había que mimarla”, cuenta Mendy, que guarda especial cariño a la recuperación de «Furtivos». «Se apreció tanto lo que hicimos, sobre todo Borau, que me mandó una carta muy cariñosa”.
Reconocido por la profesión –»otra cosa es el gran público, que desconoce lo que es el truco”–, espera que el Segundo de Chomón se traduzca en un mayor conocimiento de su labor. «Es un premio muy especial porque, además, nosotros hemos restaurado más de ocho títulos de este pionero del cine fantástico y de animación”.
Dos títulos de principios del franquismo de Filmoteca Española, «Noticiario sindical número 4» y «Toreros cordobeses», concentran la atención de Mendy en estos momentos. «Nuestro patrimonio cinematográfico, el que existe, goza de buena salud. La mayor parte ha desaparecido, se ha perdido. De 1946 a 1956 hay varias películas de las que nadie sabe nada”.
Mendy, para quien las relaciones entre cine y patrimonio «solo existen a través de las Filmotecas, que son las mayores defensoras porque son las que buscan, encuentran y cuidan”, fue un joven de cineclub y recuerda lo mucho que le impresionó Enviado especial, de Hitchcock, tanto que se enganchó al cine con solo 9 años.
Ahora, con 69, este artesano que dejó su país y vino a España para estudiar producción en la Escuela de Cine, mantiene intacta su ilusión por «recuperar películas”. Lo de productor se quedó en un proyecto cuando entró en la compañía de Borau, El Imán, y empezó a hacer algún truco. «Y como no se me daba mal…”.
Su hija le echa una mano, pero no seguirá sus pasos «porque aquí hay poco mercado”, apunta Mendy, que disfruta de «las buenas películas, da igual que sean antiguas o de hace dos días”.
No entra en cifras, pero sí destaca que la cinta más cara que, hasta el momento, ha recuperado, ha sido «Furtivos». «Tuvimos que reconstruir la imagen y el sonido, fueron casi 100.000 euros, y nos llevó 4 meses y una semana”. Si pudiera, volvería a restaurar su primer encargo, «El mayorazgo de Bastarretxe», «porque ahora lo podríamos hacer mucho mejor. La he visto hace poco y no lo hicimos mal”, y se pondría manos a la obra con «Mi querida señorita», en cuyo rodaje participó.
Dice que lo de restaurador le queda «muy grande”, que es un recuperador «porque nosotros no manipulamos, no intervenimos directamente en el interior de la obra. Podríamos cambiar el bigote de José Luis López Vázquez, pero lo que hacemos es cambiar las malas condiciones de un filme por buenas”.
En ediciones anteriores, este trofeo a las aportaciones técnicas ha tenido como destinatarios a los hermanos Alfredo y Andrés Vallés, Juan Mariné, Emilio Ruíz del Río, la familia Valero, Luis Castro, Julián Martín, Josep A. Esteve Torres, Santiago Gordo, Ricardo Navarrete, la empresa madrileña Next Limit Technologies –Víctor González e Ignacio Vargas–, a la veterana peluquera Antoñita, viuda de Ruíz, al Archivo Val del Omar y a la compañía de postproducción SGO.
Segundo de Chomón (Teruel, 1871 – París, 1929) fue uno de los grandes pioneros del cine fantástico y de animación. Sus numerosos trucajes e ilusiones ópticas aparecieron en superproducciones europeas y exploró las posibilidades del stop motion. Dirigió cortos y trabajó para la que fue la productora más importante del mundo a principios de siglo: La Phaté Fréres. El genio turolense estuvo durante mucho tiempo a la sombra de Méliès, a cuyas órdenes coloreó las películas a mano, fotograma a fotograma.