CRISTINA HOYOS ESTÁ AL FRENTE DE LA OBRA DE LORCA QUE SE REPRESENTA EN EL MARIA GUERRERO DE MADRID

Con un elenco de actores andaluces y la presencia de Cristina Hoyos al frente de la coreografía, Francisco Leal en la escenografía y Pedro Moreno en el vestuario, este montaje saldrá de gira una vez que abandone el escenario del María Guerrero.
Transformar un triste y sucio suceso real, publicado en la prensa de 1928, en un texto dramático de esta grandeza es el testimonio irrebatible del genio de un poeta: Sublimar la realidad y elevarla al terreno del arte. Cinco años le llevó a Lorca este proceso creativo,dando como resultado una tragedia. En su superficie rural pero ese realismo aparente es sólo el camino elegido para profundizar en un estilo muy extraño a la dramaturgia española: la tragedia. Y Lorca entra en ella plenamente, sin miedo: Utiliza la presencia constante de la fatalidad; el mal augurio lo presenta desde las primeras frases de la madre; el final catastrófico, irrevocable; unos personajes superiores, distanciados (la Luna, los leñadores, la muerte) y por encima de todo la fuerza motriz, que arrasa y pasa por encima de prejuicios, normas y represiones: la sexualidad.
Plaza ha comentado que este espectáculo hubiera sido imposible sin Andalucía. «Es un Lorca hecho en andaluz. Los pies pegados a la tierra es lo que los actores me han dado, algo que parece perdido hoy y que yo he encontrado en Lorca y en Andalucía», dijo aclarando que este espectáculo no se trata de un drama rural. «Es una tragedia operística, con muchos puntos de surrealismo, poética y filosófica, nada que ver con «La casa de Bernarda Alba» o «Yerma».
Según el veterano director de escena, lo que ha hecho Lorca en esta obra (inspirada en el caso real del crímen de Níjar, en Almería en 1928) es escribir «sobre las raíces». A diferencia de otros montajes, éste no se ha actualizado, sino todo lo contrario. «La tragedia debe darse desde los ritos ancestrales», explica Plaza. «No soporto esas actualizaciones que cubren el no saber hacer una obra de teatro. El teatro es actual y debe actualizarse, pero sin tapar el hecho teatral», dice.
José Carlos Plaza se muestra muy satisfecho por el trabajo de toda la compañía y especialmente de la actriz Consuelo Trujillo, de quien asegura que es «una baza a jugar» y a quien ha agregado a sus actrices fetiche como Ana Belén, Berta Riaza y Lola Herrera.
Consuelo Trujillo afirma haber intentado inclinarse ante García Lorca y su palabra y ha dejado que su personaje (la madre) «se encarne» en ella. «Es el arquetipo de la madre en el sentido más ancestral, la que da a luz, protege y hace crecer, como la tierra. Pero también en el sentido atávico pues ha sufrido la pérdida de un hijo y del marido y ante eso crea una tela de araña para proteger a los suyos», explica.
«Hemos intentado hacer una Madre con su grandeza, su amor y su reacción ante esas grandes pérdidas», apuntó ensalzando el trabajo de Plaza quien la ha dirigido «de manera amorosa, profunda y exigente», afirma. «Pienso que hacemos esta función para que nos quieran y para querer, en un sentido más profundo, al ser humano», comenta la actriz
El actor Carlos Álvarez-Nóvoa (el padre de la novia) confiesa formar parte de «una obra bien hecha» y alude a la «dificultad» de los actores en un montaje con un texto tan poético. En este sentido elogia la labor de José Carlos Plaza, «quien atiende por igual a todo el elenco y le sugiere a cada uno los mil matices que sirven para construir cada personaje».
Luis Rallo y Noemí Martínez encarnan a los novios. Para Rallo esta función «conmueve al hacerla y te deja tocado». Para la actriz, formar parte de este elenco es un «placer y un sufrimiento». Drgún Plaza, la actriz ha perdido cuatro kilos preparando a esta novia llena de «energía negra».
Cristina Hoyos (que en su momento protagonizó su particular «Bodas de sangre» junto a Antonio Gades) ha ideado para esta ocasión una coreografía «sencilla», siguiendo las indicaciones del director de escena. «Su ayuda es inapreciable, es un trabajo lleno de humildad, en ningún momento ha salido de lo que cuenta Lorca», asegura Plaza.
La escenografía es también un reflejo de esa simplicidad. «Los actores no tienen nada más que el cielo, la tierra y una roca hendida. He intentado mantener un poquito los colores de Lorca, el rosa y el amarillo», explica el director. Los figurines de Pedro Moreno, que buscan «subrayar la tragedia», según cuenta el diseñador y la música «ancestral y muy rítmica» creada por Mariano Díaz completan el marco de este espectáculo que tras su paso por Madrid iniciará una gira por toda Andalucía.