Hace tiempo que no teníamos noticias de Julian Temple, director unido a los míticos Sex Pistols, director de «Principiantes» (1986), «Las chicas de la tierra son fáciles» (1988), «Vigo [Historia de una pasión]» (1998) o «Pandeamonium»(2000). Este Domingo ha presentado en el Festival de San Sebastián «Crock of Gold: A Few Rounds with Shane MacGowan», documental musical producido por Johnny Depp sobre la mítico grupo irlandés The Pogues y de su líder, Shane MacGowan.
Combinando imágenes de archivo inéditas de la banda y de la propia familia de MacGowan, junto con animaciones de, entre otros, el ilustrador Ralph Steadman, «Crock of Gold» es una celebración del poeta punk irlandés Shane MacGowan, cantante y compositor principal de The Pogues. El propio Johnny Depp ha visitado Donosti para apoyar la película. El filme, donde aparecen también el líder independentista irlandés Gerry Addams y músicos como Nick Cave se centra en el boom de la música celta de los años 70. Estructurada a base de amplios flash back, muestra el boom de la banda que jnto a sus reivindicaciones vívian un un mundo de constantes excesos, que va recordando Shane MacGowan, postrado en una silla de ruedas y al que parece costarle coordinar ideas.
El filme muestra la «irreverencia» y la «calidez» del carismático líder. «Es un ser humano difícil pero cálido y generoso a la vez y espero que hayamos logrado transmitirlo en la película», ha confiado el cineasta Julian Temple. Depp y Temple han presentado en rueda de prensa, junto al también productor Stephen Deuters, este documental, a concurso en la sección oficial de la 68 edición del Festival. Depp ha explicado que conoció al cantante irlandés hace 35 años y ha señalado que le «fascinaba su lenguaje y la capacidad de crear esas canciones tan potentes y conmovedoras, y a la vez estar a los talones del diablo».
Además, ha apuntado, respecto a su personalidad, que los insultos «son una especie de regalo porque solamente te insulta quien realmente te quiere». «Cuando le conocí en Dublín estaba negociando una mesa de billar. Tenía una pinta en una mano y una guitarra acústica destartalada en la otra y se tambaleaba intentando mantener el equilibrio. Lo hizo durante 15 minutos y me lo presentaron justo antes de que cayera al suelo», ha recordado. Depp ha considerado que «esto te sucede solo una vez en tu vida, la oportunidad de pasar un rato con esa clase de grandeza». «Me enamoré en el momento en que le conocí y sigo estando enamorado. Tiene una vida interesante y fascinante», ha manifestado.
En esa misma línea, ha resaltado la «irreverencia» del cantante irlandés, con una vida marcada por la música, el alcohol y las drogas, y ha recordado que cuando le conoció «todos me decían que no iba a durar mucho, que iba a morir dentro de poco. Pero han pasado 35 años y sigue aquí».De este modo, ha resaltado que Macgowan es «un hombre muy tímido» aunque «cuando se le agobia puede ser como una serpiente venenosa». «Es tozudo y todo lo que dice viene desde muy dentro de él, y cuando le llaman poeta se siente incómodo», ha afirmado, al tiempo que ha confesado que para él está «a la altura de Joyce o Whitman».
En cuanto a la música de The Pogues, Depp ha asegurado que la primera vez que la escuchas «te golpea, tiene el enfado y la rabia del rock, pero también melodías maravillosas de los instrumentos irlandeses. Ese enfado y rabia que sentía Shane y esa melancolía que tenía dentro me fliparon», ha añadido.Asimismo, ha recordado la «divertida» experiencia de rodar el primer videoclip de Macgowan cuando iniciaba su carrera en solitario, que Depp dirigió después de que el músico se lo pidiera «un viernes para empezar el lunes», al tiempo que ha destacado que buscó que en ese trabajo «apareciera en las imágenes como alguien cool y no como un borrachuzo».
El proceso de rodaje de ‘Crock of Gold» tampoco resultó sencillo ya que, según ha relatado, «siempre estaba el dilema de lo que iba a suceder y todos los días eran una interrogación, no sabías si te iba a meter un puñal en el cuello o iba a ser agradable». Preguntado por su «fascinación» por personajes irreverentes como Hunter S. Thompson, Johnny Depp ha explicado que siempre le han «fascinado» las personas que «son diligentes a la hora de ser ellos mismos» y ha recordado tanto su «maravillosa amistad» con el creador del periodismo gonzo como su relación con Marlon Brando, de quien ha dicho que fue «un padre, un amigo, un profesor» para él. «Siempre me ha atraído la pregunta de ¿qué es normal? Shane, Brando, Hunter, Keith Richards… ¿están locos? Quizá sea cierto y quizá eso sea la libertad», ha expresado.
Por su parte, Julien Temple ha destacado que Shane Macgowan «se ha obligado a llegar al límite y más allá» y ha incidido en que se trata de «un individuo realmente único» y que «su personalidad y su música alcanzan a todo el mundo». «Es un ser humano difícil pero cálido y generoso a la vez y espero que hayamos logrado transmitirlo en la película», ha confiado. Temple ha subrayado la importancia del montaje en esta película, así como de las grabaciones inéditas que incluye, las cuales, pese a su «sonido brusco», consiguen que «llegues a sentir a Shane como personaje», ya que el líder de The Pogues se negó a realizar entrevistas al uso al rodar el documental. «Si se hubiera sentado delante de una cámara a hablar y hablar no sería tan genuino», ha desvelado.
Preguntado por su posición política, Johnny Deep ha asegurado que le gusta «la comedia» y, según ha dicho, «cada vez que veo a Trump me pongo a reír, es maravilloso», aunque «también da miedo». «La gente tiene pánico, se les está alimentando con miedo así que, que le jodan a la política», ha enfatizado, al tiempo que se ha mostrado convencido de que el actual presidente de EE.UU. «puede ir al baño solo». «Tiene que tener un sentido del humor increíble, tiene que tenerlo». Por otro lado, ha explicado que ya conocía el País Vasco, del que tiene «muy buenos recuerdos» y que está «obsesionado» con el txakoli. Además, ha recordado que ya acudió al Zinemaldia «hace 20 años» y se ha mostrado «encantado» de poder haber vuelto a este festival que «es muy auténtico, de raíz». Ha desvelado que se trata de un certamen que «tiene que ver con el cine, con las películas, y no están tan preocupados con el aspecto alocado y sensacionalista».