«Marita» narrará la vida de la joven que a los 19 años de edad, se enamoró del líder cubano y fue reclutada por la inteligencia estadounidense para asesinarlo

Jennifer Lawrence busca avanzar con proyectos arriesgados y originales. Ahora, la veinteañera ganadora del Oscar, se ha comprometido a interpretar a Marita Lorenz, la agente de los servicios secretos estadounidenses que fue amante de Fidel Castro, en el film «Marita», escrito por Eric Warren Singer. La película narra la apasionante y múltiple vida de Lorenz, una joven que a los diecinueve años de edad, se enamoró del líder cubano y fue reclutada por la CIA para asesinarlo.

Después de estrenar la película «Joy», que se inspiró en la vida de una ama de casa e inventora de una fregona, Joy Mangano, la actriz está preparada para afrontar el papel de otra mujer real, Marita Lorenz. El guionista Eric Warren Singer conoció a Lawrence como coescritor de la película «La gran estafa americana / Escándalo americano / American Hustle», que se llevó tres Globos de Oro de 2013 y estuvo nominada en diez categorías en la gala de los Oscar. La cinta será producida por Matt Tolmach, André Rouleau y la compañía Sony Pictures. El drama romántico será protagonizado por Jennifer Lawrence junto a Scott Mednick, sin que haya de momento realizador contratado.

La historia real de Lorenz es digna de la mejor de las películas. Así lo vio Oliver Stone, quien intento llevarla al cine años atrás sin conseguirlo. Su padre era un prestigioso marino alemán, y su madre una estadounidense. Ambos colaboraraban con los servicios secretos estadounidenses en la Alemania nazi antes de la II Guerra Mundial. De niña, Marita acabó en un campo de concentración con su madre, pero sobrevivió milagrosamente, para una vez liberado el campo ser violada a los 7 años por un soldado estadounidense. Sus padres se instalaron después en EEUU y allí siguieron trabajando para la CIA.

En febrero de 1959, un mes después del triunfo de la Revolución, Marita viajó con su padre a La Habana, en el barco que él comandaba. En el puerto ambos conocieron a Fidel, que se quedó prendado de aquella bella muchacha de 19 años (él tenía 33). El comandante no dudó en pedirle su teléfono en Nueva York para llamarla cuando regresara a casa. No tardó mucho más de una semana en hacerlo, para invatarla a regresar a Cuba.

El líder de la Revolución le propuso ser su secretaria personal, y ambos se convirtieron en amantes. De esta relación, Marita quedó embarazada. Aquí las versiones empiezan a diferir. Hay quien dice que fue secuestrada, narcotizada y cuando despertó le dijeron que había perdido al bebé. Sin embargo, luego supo que había sobrevivido. No está claro si fueron agentes estadounidenses o cubanos quienes ejecutaron esa operación. El caso es que después de aquello terminó su relación con Castro y volvió a Nueva York.

La CIA no podía desperdiciar la oportunidad de contar con «una de las novias de Fidel Castro», y la reclutó con el objetivo último de convertirla en su asesina, en uno más de los muchos planes que urdió para eliminar al incómodo vecino del Caribe. En el plan parece que también participó la mafia estadounidense, que había declarado al dirigente cubano como enemigo preferente después de que éste acabara con sus negocios de juego, hoteles y prostitución en la Cuba de Batista.

Marita, tras ser entrenada, regresó a Cuba en 1960 con tres cápsulas de veneno que debía mezclar con alguna bebida que tomara Castro. Temerosa de que fueran descubiertas, las introdujo en un crema de belleza Pons. Parece que el destino hizo que las pastillas se disolvieran en la crema, pero en cualquier caso, Lorenz ha dicho que no estaba realmente en sus planes matar al hombre que amaba (y al que parece que hoy no ha olvidado). Una versión más romántica dice que cuando estuvo ante él, Fidel le preguntó: «¿Has venido a matarme?». A lo que ella respondió afirmativamente. Entonces Castro le entregó su pistola y le dijo: «Haz lo que viniste a hacer, mátame», a lo que ella respondió: «No puedo». Hace poco, tras publicar una segunda autobiografía, contaba a El País: «No iba a matar a Fidel, no fallé, como otros cientos que lo intentaron después. Sencillamente, fui incapaz y no me arrepiento».

Después de éste hecho, la alemana volvió a Estados Unidos y parece que a pesar de su misión fallida siguió a sueldo de los servicios secretos de EEUU. En 1961 conoció al entonces dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez, fue su amante y tuvo con él una hija, Mónica Mercedes. Años después, trabajando para el FBI (se casó con otro agente y tuvieron un niño), fue llamada a testificar sobre el asesinato de Kennedy.

Actualmente, Marita Lorenz vive en Baltimore, está jubilada y sobrevive con ayudas sociales. Pero no ha dejado de ser protagonista de su apasionante vida. Sobre ella se estrenó en 2001 el documental, «Querido Fidel, la vida de Marita Lorenz», del periodista germano Wilfried Huismann.

El proyecto actual, «Marita», estuvo desarrollándose durante meses. Singer trabajó con Mednick y Rouleau antes de ofrecer el papel a Lawrence y lanzarlo al público. Está pensado rodar el film en Cuba, ya que la cinta se centrará parece en la relación entre la alemana y su gran amor.

Jennifer Lawrence, conocida por sus anteriores trabajos como la saga «Los juegos del Hambre», «El lado bueno de las cosas» y actual drama, «Joy», está inmersa en numerosos proyectos. Será vista en «X-Men: Apocalipsis» y en una película de Darren Aronofsky junto a Javier Bardem que todavía no lleva título. Además, está planeando una película conjunta con su mejor amiga y actriz Amy Schumer y protagonizará la nueva película de Steven Spielberg, «It´s What I Do» sobre la fotoreportera de guerra Lynsey Addario, ganadora del Premio Pulitzer en 2009. Con el nuevo proyecto «Marita», Sony Pictures vuelve a trabajar con Lawrence que recientemente terminó de grabar un drama de ciencia ficción, «Passengers».

Lawrence se llevó recientemente el premio de la categoría Mejor Actriz en los Globos de Oro por su interpretación de la inventora Joy Mangano en la película «Joy» y ahora está también nominada al Oscar por, cuarta vez, por el mismo film.