Este lunes 7 de septiembre han tenido lugar en el Teatro Cervantes de Málaga la entrega de los Premios Max de las Artes Escénicas, en una gala reivindicativa en la que se defendió que el teatro es «seguro» y se criticaron las restricciones impuestas por la pandemia. “Jauría”, la obra de teatro sobre La Manada fue la gran triunfadora de una noche en la que el bailarín y coreógrafo Nacho Duato recibió en Max de Honor.
“Jauría”, que puso en escena unos hechos reales -el juicio a La Manada por la violación en grupo de una joven en los Sanfermines de 2016-, se alzó con el premio más importante, del de mejor espectáculo de teatro, y el de mejor versión teatral (Casanovas). La obra documental del Centro Dramático Nacional “Shock (El cóndor y el puma)”, que partía con cuatro candidaturas, se llevó los premios de mejor dirección de escena (Andrés Lima) y mejor diseño de espacio escénico (Beatriz San Juan). Verónica Forqué fue elegida mejor actriz protagonista, y Lluis Homar, mejor actor
El presidente de la SGAE, Antonio Onetti, y Juan José Solana, de la Fundación SGAE, convocante de los premios, leyeron al alimón un texto en el que aseguraron las artes escénicas están «como un queso Gruyere», «llenas de agujeros». «Esta es sin duda la gala más excepcional de los Max de las que hemos vivido, a la que hemos llegado tras un largo proceso de incertidumbre, de dudas, de problemas logísticos», afirmaron. El teatro estaba al 50% de su aforo porque no se permite «llenar el aforo de los teatros, los cines o las salas de conciertos, y eso a pesar de que con mascarilla son seguros porque aquí nadie come, ni bebe ni habla», denunciaron en la ceremonia, presidida por el ministro de Cultura y Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes en la que muchos denunciaron las restricciones al aforo de los teatros mientras que trenes y aviones van abarrotados sin que se guarde ninguna distancia de seguridad. «¿No es la cultura la esencia de la Marca España? ¿No somos más del 1% del PIB? Pues se nos está desintegrando el tejido cultural. Señores del Gobierno, necesitamos que se nos escuche, que se nos tenga en cuenta y que podamos trabajar», añadieron. En esta edición, solo 500 personas pudieron asistir a la gala en la que muchos de los comentarios de los 19 ganadores, de entre 60 finalistas, se refirieron a la situación que vive la Cultura. «Menos mal que la gala ha sido en Málaga, porque si hubiera sido en Valladolid, como el pasado año, solo habrían dejado un aforo de 25 personas en el teatro», ironizó Elisa Sanz, ganadora del premio a Mejor Diseño de Vestuario por Play, quien recalcó que las artes escénicas son «seguras». «Que nos dejen llenar los teatros igual que venía el avión que nos ha traído a Málaga, es decir, aforo completo», afirmó en la gala Tian Gambau, ganador con Zapatos nuevos del premio a mejor espectáculo infantil o juvenil.
La directora general del Inaem, Amaya de Miguel, señaló tras recoger el premio al mejor espectáculo musical o lirico otorgado a Doña Francisquita, del Teatro de la Zarzuela, que aunque los aforos son responsabilidad de las comunidades autónomas, la Cultura es «segura»: «hemos tenido multitud de festivales este verano y no ha habido ningún problema». El vencedor en la categoría de mejor composición musical, Luis Miguel Cobo (Play), le dedicó su Max a «la valentía de la gente que va a llenar los teatros, y Marcos Flores, mejor intérprete masculino de danza, recordó a todos los trabajadores de los tablaos «que están pasando una situación muy difícil». Andrés Lima, mejor director de escena por Shock, recalcó que «estamos en un momento difícil por no decir jodido» y dedicó su premio «a todos los desaparecidos de todas las dictaduras y a sus madres, de España, de Chile y de Argentina, y a la memoria de Salvador Allende».
Verónica Forqué, vestida con una túnica estampada con pezones y vaginas y una banda en la que denunciaba la ausencia de «personas negras racializadas» entre los nominados, se declaró emocionada como nunca -«son las drogas», bromeó- y se lo dedicó a su familia, a su madre «y a la República». Forqué logró el Max a la mejor actriz protagonista por “Las cosas que sé que son verdad”. El bailarín y coreógrafo, ataviado con un sombrero con cinta roja y la corbata metida por la camisa, dio, «sobre todo», gracias a Dios «porque gracias a él», dijo, es ateo, y recordó a su profesora de «toda la vida», Irena Milovan, que murió hace dos meses; «me enseñó a bailar, la disciplina y a tener dignidad».
En la gala se proyectó también el vídeo en el que Onetti entregó el pasado domingo a Antonio Banderas la Medalla de Oro de la SGAE: «estamos viviendo en un mundo muy confuso donde todas las cosas están cambiando, donde esos derechos muchas veces se vuelven demasiado difusos», indicó el actor en su alocución por videoconferencia.
Belén Cuesta, María Barranco, Fran Perea, Pablo Puyol, Salva Reina, Juan Manuel Lara, Jaime Ordóñez y Mariola Fuentes fueron los encargados de entregar los premios en la gala, en la que actuaron Fuel Fandango, Eduardo Guerrero y María José Llergo, entre otros y que estuvo presentada y amenizada por el payaso Chochotte.