En su segundo largometraje como director, Paul Urkijo («Errementari») lleva la mitología vasca a la gran pantalla en su película fantástica «Irati», que ha tenido su estreno mundial en la sección competitiva del Festival de Cine Fantástico de Sitges. «Irati» sitúa su argumento en el siglo VIII, en algún lugar del país vasco, cuando el cristianismo se extiende por Europa al tiempo que las creencias paganas van desapareciendo. En este contexto, ante el avance del ejército de Carlomagno al atravesar los Pirineos, el líder del valle pide ayuda a una diosa ancestral vasca, Mari, y a través de un pacto de sangre, derrota al enemigo en la batalla de Roncesvalles dando su vida a cambio, pero antes hace prometer a su hijo Eneko que protegerá y liderará a su pueblo en la nueva era. Años más tarde, Eneko afronta esa promesa con una misión: recuperar el cuerpo de su padre enterrado de forma pagana junto al tesoro de Carlomagno, pero pese a su fe cristiana recurre a la ayuda de Irati, una enigmática pagana de la zona.

Con un reparto encabezado por Eneko Sagardoy, Edurne Azkárate e Itziar Ituño, y hablada en un euskera antiguo para dar la sesación de temporalidad, es una película de una enorme belleza plástica, que se sumerge en las raíces de la tierra y el pueblo vasco, y que apuesta por el ecologismo y la presencia de mujeres diosas de gran poder. Una película en competición que podría optar a premio.

En la presentación ante la prensa del festival, Urkijo ha explicado que «se trata de una historia muy local, muy arraigada, que parte de los cuentos de la mitología vasca que nos contaban de pequeños cuando íbamos al bosque pero que es totalmente exportable». Urkijo ha llevado a cabo un enorme proceso de documentación histórica y antropológica antes de rodar la película: «La diosa Mari es un vestigio de una cultura indoeuropea muy antigua que rendía culto a la naturaleza y en la mitología vasca hemos tenido suerte gracias a la orografía y al idioma a que se haya preservado ese vestigio».

La película describe ese momento de ocaso del paganismo, que el director resume con la frase «Todo lo que tiene nombre existe», un lema que aplica al bosque que los habitantes de los valles quieren preservar, «un mundo que se ve alterado cuando llegan las grandes religiones o, como hoy, cuando llegan las grandes empresas y lo absorben todo». Según el director, «de los símbolos de la mitología se pueden extraer lecciones, y una de ellas es el respeto a la naturaleza, a los demás».

Para Urkijo «Irati», que está basada en la novela gráfica «El ciclo de Irati», de José Luis Landa y Joxean Muñoz, «no es una película con una ideología, no se habla mal del cristianismo, los cristianos no son los malos, sino que se observa cómo las deidades se van adaptando en la historia, y esa diosa madre Mari, que podría bien ser Isis, tiene luego continuidad con la virgen María», si bien, reconoce, esta idea está forzada, pues la devoción a María no se extendió hasta el siglo XIII. «Es una historia que siempre he tenido en la cabeza, porque siempre me ha encantado el cine fantástico y la mitología vasca, por eso me he lanzado a hacer esta película».

Otro de los desafíos de la película es la utilización de un euskera que pareciera antiguo: «Le hemos dado la sonoridad de un euskera del norte, al que le hemos dado una aspiración por la influencia del árabe y también le hemos aplicado la rima». La naturaleza, con muchas localizaciones que Urkijo ya conocía desde pequeño, se convierte en un protagonista más de la película: «Toda se rodó con luz natural y en la oscuridad con fuego real, lo que le da un realismo y una textura a la cinta que es lo que también pide una historia mitológica». Para el director, la película tiene «un factura de Hollywood», pero con esta producción se demuestra que «también podemos hacer proyectos de este tipo aquí, es cuestión de encontrar las localizaciones, mimarlas».

«Irati» tiene previsto su estreno en los cines españoles el 18 de noviembre.