Tras pasar por Bilbao y Madrid, el actor lleva su éxito en las tablas, «La vida a palos» a Buenos Aires, para seguir después con la función por diferentes ciudades españolas.

Hace 24 años que Imanol Arias encarnó a Calígula, y desde entonces estaba alejado del teatro. Ahora, a sus 62 años, el actor debutará en el Maipo porteño como protagonista de «La vida a palos», una obra que tiene como aclaración «un cante flamenco al deseo de vivir». El espectáculo es el resultado de una interpretación de los textos que su amigo Pedro Atienza, un poeta de tablaos que murió en 2014, le entregó a él especialmente para que los convirtiera en obra.

Para muchos argentinos Imanol es Ladislao, el cura de la película «Camila» (1984) o el doctor Ramón de la teleserie «Anillos de Oro», en España muchos lo conocen, pese a tener una exitosa carrera previa, por interpretar a Antonio Alcántara, padre de la familia más reconocida del país en «Cuéntame cómo pasó». Lo que está claro es que el actor ha disfrutado de una larga trayectoria, de unos 40 años, en el mundo de la actuación, y después de tanto tiempo ha sabido cómo a disminuir la ansiedad que produce un estreno. En una entrevista a Clarín, el actor ha asegurado que con los años ha aprendido «que el teatro no te mata», ya que para él «el teatro no te exige nervios. Es algo que tienes que construir todos los días contigo mismo».

En «La vida a palos» a parte de la música, el tema central es el vínculo entre un padre y un hijo. La historia se trata de una pieza que recibió personalmente de manos de su amigo Pedro Atienza en la que, según él, se comienza con algo muy típico del flamenco, algo como «yo vine al mundo con el rumbo errado, y con trampa incluida. A mí no me echen la culpa de nada. Oiga, que yo ya nací así. Yo nací cantando, porque llorábamos y cantábamos. Porque el flamenco se aprende llorando de niño. El primer grito que da un gitano ya es flamenco, no es un grito normal», señala el actor a Clarín.

Hace seis años que recibió la obra, después de pasar muchas noches de flamenco con el poeta. Segun Arias «a Pedro sólo se lo encontraba de noche. El siempre me buscaba. Y nos íbamos juntos a recitar, a beber. El era letrista de Camarón, de (Enrique) Morente, un tipo muy querido… Pedro pertenecía la modernidad, era de ese grupo de intelectuales que en los ’80 iba a ver a los que cantaban a Lorca. Hacía unos recitales, que según él, eran con un tono flamenco, cortito y tonante. Y lo que hacía era como hablar en flamenco. Y con el tiempo sentía que a eso le hacía falta teatro». El poeta le insistió durante mucho tiempo para que llevara su obra al teato, pero Arias pensaba en un principio que era imposible de teatralizar.

Fue entonces cuando un día Atienza le llamó desde Jerez y le dijo, según el actor, que se iba a morir, y que le gustaría que hiciera de su obra un teatro para dejarle algo a los suyos, un trozo de su vida. La contestación del actor en ese momento fue «¿y por qué yo?», a lo que el poeta, según el actor, le contestó: «Porque tú coses muy bien trozos de vidas ajenas. Cóseme la mía».

Después de enviarle el texto, dividido en once cuadros e incluyendo la figura del hijo, lo que le dió al actor la idea del espectáculo. «Y al poquito tiempo se murió. En su funeral, que fue una ceremonia preciosa, muchos cantaores amigos suyos me dijeron «Tienes que hacer ‘La vida a palos’. Así lo quería Pedro». No estaba inscripta, sólo la tenía yo. Sentía mucha responsabilidad. Menos mal que me embarqué. La estrenamos en Bilbao y fue maravilloso», concluyó el actor.

«La vida a palos» estará en Argentina cuatro semanas en cartel y luego seguirá su gira por varias ciudades españolas, incluso puede que por Milán. Imanol Arias comenzará las grabaciones de «Cuéntame cómo pasó» en el mes de noviembre, en la que será la temporada 19 de la serie, y en febrero rodará de nuevo en otra serie española «Velvet», dando vida a Godó, el villano de la serie.