La 24 edición de La Semana del Cortometraje de la Comunidad de Madrid rendirá un cálido homenaje a Ramón Barea, uno de los actores más queridos de nuestro país y cuya trayectoria profesional abarca tanto el teatro, como el cine y la televisión donde además de actor es autor y director teatral, realizador y guionista, entre sus múltiples facetas.

Para celebrar la magnífica trayectoria de Ramón Barea, vinculada estrechamente al mundo del cortometraje, la Comunidad de Madrid ha organizado para el próximo sábado 19 en la Academia de Cine, la proyección de una selección de las piezas más significativas de su carrera. Después habrá un encuentro con el homenajeado en el que participarán directores y creadores como Pablo Berger, Borja Cobeaga, Alain Lefebvre, Alauda Ruiz de Azúa y Pedro Díaz, director de «La entrega», último cortometraje que ha protagonizado.

A lo largo de toda su carrera, el bilbaíno Ramón Barea ha apostado siempre por el talento de los jóvenes cineastas participando así en más de una treintena de cortometrajes como «Mama», de Pablo Berger; «Éramos pocos», de Borja Cobeaga (corto nominado a los Oscar); «Aún no estoy muerto», de Alain Lefebvre o recientemente, «La entrega», de Pedro Díaz, el último éxito en el cortometraje de Barea

Este cortometraje, estrenado el pasado mes de mayo, ha conseguido en tal solo 5 meses convertirse en candidato a Mejor Cortometraje de Ficción de los próximos Premios Goya. El trabajo dirigido por Pedro Díaz (A Coruña, 1998), ha sido seleccionada en más de una treintena de festivales, incluyendo el prestigioso festival francés Tous Courts Aix-en-Provence y el Edmonton Film Festival – Shorts 2022 (Canadá), reconocido por la Academia de Hollywood como uno de los festivales más importantes del mundo.

En este periodo ha cosechado ya 18 premios, entre los que se encuentran los 7 que recibió el actor vasco por su interpretación en la cinta del gallego. Barea interpreta aquí a Armando, un hombre de 80 años y difícil carácter que vive confinado en su casa por un desconocido trauma emocional. Su único contacto con el exterior es con el joven rider encargado de traer los pedidos que su hijo encarga desde el extranjero. El último de esos paquetes es un regalo inesperado: un ordenador portátil que Armando no sabe utilizar. Para aprender a navegar en internet no le quedará más remedio que dejar entrar al chico en su casa. Una relación complicada que le abrirá las puertas de un mundo nuevo y fascinante, pero también el reencuentro con los fantasmas de su pasado.

La trama de Armando nació de una imagen real vivenciada por Fran Carballal, co-guionista de «La entrega». Una estampa lírica y sorprendente contemplada que cobra sentido en el ultimísimo plano del cortometraje. “Para Pedro y para mí el reto estaba en construir un viaje pequeñito pero épico, amargo y divertido a la vez, que nos llevase poco a poco hacia esa imagen tan sencilla y tan potente que pone el broche final a la historia”. Pedro Díaz subraya que “la historia es una ventana abierta a un personaje aislado”. “Queríamos adentrarnos en su universo sin hacer mucho ruido, observarlo y entender a una generación que tiene mucho más que contar de lo que ellos mismos quieren mostrarle al mundo”.

Para Ramón Barea, aclamado por su trabajo como Armando y en estado de gracia tras su participación en el largometraje propuesto a los Premios Oscar, «Cinco lobitos», esta es una historia de corte humanista que nos retrotrae a esa pandemia que lo paralizó todo, generó incertidumbres y sobre todo el miedo en aquellas personas que más compañía necesitaban. “Es un hombre que vive encerrado en el miedo, que vive a ese lado de la barrera y que, finalmente, la atraviesa”. Ramón Barea apunta que la condición de posibilidad de ese viaje es la aparición del joven rider interpretado por Ferran Vilajosana («Gente que viene y bah», «Tengo ganas de ti»), el único que parece preocuparse por ese anciano solitario y huraño -“y que también vive su propia soledad autoimpuesta, al no ser reconocido más que como un simple repartidor”. A través de sus lecciones de informática e internet será ese joven quien acabe descorriendo, de algún modo, las persianas y trayendo algo de luz a la vida de Armando. “Son dos almas gemelas en un lugar diferente de la vida, de la edad, de la sociedad. Pero en pequeñas cosas se van haciendo necesarios el uno para el otro”, dice Barea, apuntalando ese encuentro entre generaciones que conforma el núcleo emocional de «La entrega».

El poder evocador de la música tiene un papel fundamental en este filme. A lo largo de la historia el protagonista intenta recordar con dificultad una canción que comienza a olvidar. Un recuerdo que supone el último lazo con los mejores momentos de su vida. “La música es el motor emocional más potente del mundo”, reconoce Díaz. La importancia narrativa de esta canción llevó al compositor de la obra, Alberto Torres («Domingo y la niebla», «Cómprame un revólver»), hasta los boleros cubanos. “Es un género que era tremendamente popular cuando Armando era joven y daba verosimilitud cronológica a la historia. Además, crea un precioso contraste entre el carácter actual del personaje y lo que algún día fue”.

Para la composición de este tema, Torres se apoyó en la voz de Zenet, uno de los artistas más reconocidos del panorama musical español. “Es un cantante de una sensibilidad extrema, ha cantado mucho bolero a lo largo de su carrera y le ha dado a la canción personalidad y muchísima verdad”. Un tema que se estrenará además en los próximos días.