Con «Martha Marcy May Marlene» se ha convertido en la actriz de moda

La genética no engaña: Elizabeth es una Olsen, hermana de las gemelas Ashley y Mary-Kate, las bebés de «La casa de la pradera», niñas de series y adolescentes anoréxicas y víctimas de la moda. Sólo que ella es más alta, más rubia, más completa, mejor actriz y se ha convertido en la actriz de moda sólo con su primera película y a los 22 años. Ha nacido una estrella con un gran futuro. El film es un thriller psicológico titulado «Martha Marcy May Marlene», por el que puede ganar muchos premios.

Siempre quiso ser actriz la menor de las Olsen pero no se imaginaba que iba a ocurrir tan pronto, sólo recibió un premio por buena estudiante en el instituto y después llegó la universidad. Los críticos se han rendido a su trabajo, Tom O’Neil lo ha descrito como «sorprendentemente sensible y perturbador. Es el dínamo del film con sus ojos asustados». En The Hollywood Reporter, Tim Appelo la ha llamado «la Cenicienta de Hollywood».

Es muy rubia y de enormes ojos verdes, es dulce aunque tímida y siempre sonríe. Sus hermanas ya han cumplido 25, pero es que llevan desde la infancia y han construído un imperio multimillonario a partir de la moda. Ella sólo quiere ser artista. En la película es una damita joven que huye de una secta rural en el norte de Nueva York y se refugia en una hermana que la había abandonado (Sarah Paulson) y su cuñado (Hugh Dancy) en una lujosa mansión en un lago de Connecticut. Martha tiene problemas de adaptación al estilo de vida yuppie, su comportamiento se vuelve errático porque no puede borrar los horribles episodios en la secta y sufre tremebundos flash backs que la sumergen en el terror. Ha dirigido un novato, Sean Durkin, y el manipulador líder de la secta, Patrick, lo interpreta John Hawkes («Winter’s Bone»). En enero del pasado año se presentó a la audición y en julio comenzaba a rodar. Su estallido vino de la mano del Festival de Sundance.

Durkin vió que Elizabeth era Martha, «sólo ella podía interpretarla». Los amigos la llaman Lizzie, y está muy unida a su familia y a su hermano mayor James Trent. No le entusiasma la moda ni diseñar. No gasta mucho dinero en ello y quiso tener una infancia al contrario que las gemelas. Quiere actuar en cine y teatro, bailar y hacer musicales. Estaba enamorada de Gene Kelly, Frank Sinatra y Ella Fitzgerald. Estudió ballet y atletismo por su ética y disciplina. Tuvo ofertas de niña, pero las rechazó. No le importaron las escenas de desnudos porque «en mi país hay la mayor industria pornográfica del mundo». En este respecto, admira el gusto con el que lo hace Kate Winslet. «Lo hace delicadamente y nadie la considera una actriz «sucia»».

Dice que sueña con interpretar papeles hasta los 70, al estilo de dame Helen Mirren y admira la privacidad y categoría de Maggie Gyllenhaal. «La vida privada es mi prioridad, no salgo con nadie pero no quiero dar explicaciones. ¡Que lo sepa el mundo!» Sus hermanas ansiaron siempre la fama y se rendían a los tabloides sensacionalistas. Los críticos le auguran una larga y fecunda carrera, longeva y brillante. No es un espejismo, sino que Lizzie Olsen ha llegado para quedarse.