El carismático cantante, que padecía un cáncer, protagonizó películas como «Si fulano fuese mengano», «Amor a todo gas» o «El mesón del gitano»

El carismático cantante y guitarrista español Pere Pubill, más conocido como Peret, padre de la popular rumba catalana, falleció este miércoles 27 de agosto a los 79 años, tras haber llevado esa particular mezcla de mambo y rock and roll por los escenarios de medio mundo. Peret también era actor protagonizando diversas comedias en los 60 y 70.

Peret ha fallecido en la clínica Quirón de Barcelona, donde llevaba unos diez días ingresado. Desde hace un año padecía un cáncer, y había dejado los escenarios hacía un mes.

Nacido el 24 de marzo de 1935 en Los Corrales, un pequeño asentamiento gitano en la localidad catalana de Mataró, unos 30 km al norte de Barcelona, es conocido como el creador de la rumba catalana, un género musical surgido en la España de los años 1950. Fue «fruto de una idea suya bien ingeniosa: unir el mambo y el rock and roll», explica la biografía publicada en su página web oficial.

Peret tomó prestado el ritmo del mambo (por extensión de la música cubana y caribeña), se quedó con la armonía y con esos metales que él intentó trasladar a las cuerdas de su guitarra española, no flamenca. Golpeando la madera a modo de percusión inventó una técnica que más tarde sería bautizada como el «ventilador».

«Lo suyo era algo nuevo, distinto, con lo que se distanciaba de la rumba flamenca que se practicaba en algunos barrios de Barcelona», afirma su biógrafo Juan Puchades sobre este particular ritmo que hizo a Peret internacionalmente conocido. Peret representó a España en el Festival de Eurovisión de 1974 con la canción «Canta y sé feliz», que quedó en novena posición.

En noviembre de 1982 abandonó la música, decisión que se dijo se debió a una revelación que tuvo cuando viajaba en coche a Mataró, el 27 de noviembre de 1982. Según sus propias palabras, vio la cara de Dios: «Comprendí que había entrado en mi corazón». Entró a formar parte de la Iglesia Evangelista, en la rama de Filadelfia, fue bautizado de nuevo y nombrado Pastor. A principios de 1990, desencantado al no estar de acuerdo con ciertos temas de organización y administración, abandonó la Iglesia de Filadelfia y se dedicó a predicar el Evangelio sin estar integrado en ninguna rama.

En esos años se dedicó a diversos negocios y a producir a otros cantantes, como «Chipén» y «El Paló». A finales de 1990 sus éxitos fueron reeditados incluso con nuevas mezclas dirigidos a las discotecas. Durante estos años de alejamiento del mundo de la canción sólo compuso y grabó dos cánticos religiosos.

En marzo de 1991 volvió a la música con un LP titulado «No se pué aguantar», en el que contó con la colaboración de Chipén, Los Amaya y su familia. En 1992, su «Gitana hechicera» fue uno de los himnos de la Barcelona olímpica, y Peret, junto a Los Amaya y Los Manolos, cerró con una fiesta rumbera la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos.

Peret trabajó también en 14 películas. Su primera película fue una aparición como guitarrista en «Losa Tarantos» (1963), de Rovira Beleta. También aparecía como guitarrista en «Un día después de agosto» (1968). Debuta como actor con «Amor a todo gas», de 1968. Un año después salía en la tv movie de Valerio Lazarov «El irreal Madrid». Y en 1969 aparece en «El taxi de los conflictos» de José Luis Saénz de Heredia. En 1970 protagoniza «El mesón del gitano» y un año después «Si Fulano fuese Mengano» y «A mi las mujeres ni fu ni fa» y en 1973 rueda «¡Qué cosas tiene el amor». No volvería al cine hasta 1996 con «Alma gitana». Sus últimos trabajos como actor fueron en «Marujas asesinas» (2001), «La zos rotos» (2008) y la serie «Pelotas» en 2009.